martes, 15 de septiembre de 2015

Cuidar ancianos en el futuro: ¿residencias o cárceles?

Hace poco he leído en una revista que las cárceles en Japón se están llenando con un perfil de interno inesperado: los ancianos. Por primera vez en la historia de ese país, los mayores de 65 años han cometido mas delitos que los delincuentes de entre 14 y 19.  Aunque, según el artículo, los jóvenes tienen todavía una propensión ligeramente mayor a delinquir, en términos absolutos, debido al alto nivel de envejecimiento de la población de Japón, las personas mayores son ahora responsables de más hurtos, peleas o comportamientos similares que pueden llevar a uno a la cárcel.

Qué hace a los mayores delinquir más es algo que no está claro, lo que sí lo está, si se visita una cárcel nipona es que en algunos casos parece más una residencia de tercera edad que un centro penitenciario.

Aunque el artículo de The Economist deriva hacia el tema de la delincuencia juvenil, me ha abierto la curiosidad y he encontrado otro en Bloomberg en el que trata más a fondo lo de los mayores en las residencias japonesas.

Resulta que el 25% de los reclusos japoneses tienen más de 60 años.

Además, cuando se habla con ellos  y se les pregunta por qué cometen los delitos que les hna llevado a la cárcel resulta que el 8 por ciento dicen que es la falta de motivación por la vida, mientras que el 7 por ciento dice que lo que es motivó a delinquir era la frustración. El cuarenta por ciento vive solo y el 53 por ciento dijo que no tenía amigos.

O sea, que resulta que algunas de las personas mayores que delinquen lo que tienen de verdad es un problema social que podría mejor resolverse utilizando servicios sociales como una residencia de ancianos.

El fenómeno tiene consecuencias para las arcas públicas Japonesas: El estado gasta anualmente 3,2 millones de yenes (unos 24.000 Euros) en mantener interno cada preso, más o menos el doble de lo que gastaría en una prestación del sistema de protección social.

Los costes de mantener a alguien entre rejas está incrementándose también cuando, cada vez hay más reclusos que necesitan que se les alimente en la oca, se les vista o se les ayude a caminar.  Por ese motivo, aunque Japón es uno de los países con menos reclusos por cada 100.000 habitantes (49 presos cada cuando España tiene 141, y los Estados Unidos, 698  Aquí se puede ver la población reclusa en todos los paises) ya están poniendo en práctica programas para ayudar a los ancianos a "salir de la cárcel y no volver".

Aunque la sociedad Japonesa no se parece mucho a la española quizás nos debería hacer reflexionar sobre cómo pueden cambiar las cosas cuando la población mayor crece mucho, baja la natalidad, el número de ancianos  que viven solos  y con pocos recursos crece y los servicios sociales no tienen mecanismos de respuesta adecuados.



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