jueves, 14 de abril de 2011

HACIA UNA EUROPA TELEFÓNICAMENTE UNIDA

Durante el viaje geroasistencial a Alemania de Inforesidencias.com que estamos haciendo esta semana, un tema de conversación entre la veintena de asistentes está siendo el del “roaming” telefónico. O sea, qué se paga cuando viajas por Europa con tu teléfono local y qué cuando navegas por internet.

Parece que el viaje hacia una Europa unida tiene un serio escollo en el mundo de la telefonía móvil. No sólo son diferentes las leyes de dependencia, los requisitos, modelos y precios de la atención a personas mayores, también cuánto pagas por llamar.

¿No podrían esas decenas de miles de eurofuncionarios y cientos de europarlamentarios trashumantes forzar que exista una “tarifa europea”? Supongo que no lo hacen porque, tal como estoy viendo en este viaje, los que saben más que los demás pagan menos. Por ejemplo, uno de los que han venido explica que, si viajas relativamente a menudo, lo mejor es tener un “módem usb” con tarifa de datos diaria o mensual contratado con una empresa alemana. Así, cuando estas en España utilizas el de tu empresa y cuando estás en Alemania sencillamente lo cambias.

Yo que no sé tanto y estoy con Vodafone, he llamado al teléfono de atención a empresas y me han dicho que puedo contratar una tarifa diaria por 5€ que me permite un tráfico de 5 megas. A partir de entonces son 5 euros adicionales por cada 5 megas. He hecho un cálculo y, bajando el correo, enviando algunos documentos, quizás alguna foto, navegando un rato y entrando en la web para actualizar alguna noticia, quizás estaré gastando unos 15 o 20 Euros en una hora.

Aunque no soy un europeísta incondicional valoro lo bueno que nos ha traído el Euro, no sólo por su valor unificador sino por la obligación de rigor que ha impuesto en nuestros queridos gobernantes. Por eso sueño con la obligatoriedad de establecimiento de una tarifa europea de datos y voz para todos los operadores. Sueño con una primera reacción negativa de las compañías: “¡Es imposible!”, “Hay motivos técnicos que lo impiden”. Sigo soñando con el primer efecto pernicioso: “La tarifa única europea nos ha obligado a subir el precio de las llamadas” y finalmente sueño con el efecto balsámico de la competencia “¿Tú con quién estas? Yo con Hungarian Telefon, yo con la nueva empresa china que se ha instalado en Luxemburgo”. Por supuesto algún elefante sagrado sufrirá, pero quizás aplique innovación y en vez de perder clientes en España los gane en Bélgica o Finlandia.

Mejor dejo de soñar y subo rápidamente el texto al blog, si no me va a costar un ojo de la cara.

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