martes, 28 de junio de 2011

¿CUÁNTOS SECTORES HAY EN LA ATENCIÓN A MAYORES EN RESIDENCIAS?

Una de las peculiaridades del sector de la atención a personas mayores es la gran diversidad de actores que prestan lo que, en principio, es el mismo servicio.

Para empezar, la administración tiene residencias propias en las que trabajan empleados públicos; otras son públicas pero gestionadas por empresas o fundaciones, incluso, hay residencias construidas sobre suelo público por parte de empresas privadas que tienen un compromiso de ocupación pública durante una serie de años.

Existen plazas concertadas que, aunque estén situadas en una residencia privada se consideran públicas porque la administración las ha "comprado", plazas privadas de "prestación económica vinculada" en las que la administración paga al usuario una parte del coste de estancia poniendo él el resto. Y finalmente existen plazas "privadas del todo" en las que el residente paga al prestador la totalidad del coste.

Esta situación hace que, en ocasiones resulte difícil trazar una línea clara que separe lo público de lo privado.

Para complicar más las cosas, dentro de "lo privado" tenemos los "con" y los "sin" ánimo de lucro, a los que algunos añaden con sorna a los "sinónimo de lucro". En principio, una residencia que pertenezca a una orden religiosa, a una fundación o a una asociación benéfica no funciona de forma diferente de otra que pertenezca a un empresario individual o a una empresa. La única diferencia radica, simplificando mucho, en que, los resultados de la explotación, o sea, los beneficios que produzca la residencia, en un caso podrán ser repartidos entre los propietarios y en otro sólo podrán reinvertirse en la actividad. La fiscalidad que tienen las empresas y las entidades sin ánimo de lucro es diferente pero, en muchas ocasiones, aparte de esto no hay diferencia.

El factor que sí produce una clara segmentación en el sector, llegando casi a producir la existencia de tres sectores diferentes, es la "filosofía de la residencia" y digo "filosofía" para evitar hablar de tamaños.

En ocasiones se habla de la gran diferencia entre residencias grandes y pequeñas. Incluso hay quien establece en el criterio del tamaño el factor determinante de diferenciación entre los distintos tipos de centro. Yo creo que el tamaño no es lo más importante, sí lo es en cambio.

Yo creo que existen tres tipos de residencia, con independencia del "ánimo de lucro". Tres tipos con mucho en común entre ellas y mucho que las diferencia de las otras.

1. Residencias familiares: El concepto "familia" en este caso no comporta necesariamente un vínculo familiar entre los que trabajan. Me refiero a residencias que funcionan como una familia. En estas residencias el propietario trabaja en la residencia ejerciendo cargos de responsabilidad siendo, además el trabajo en el centro la actividad principal del dueño (o dueños). Normalmente son residencias pequeñas pero también existen centros de 70 u 80 plazas que podrían encuadrarse dentro de este perfil. Los puntos fuertes de este tipo de residencias es que suele ser bien valorada por sus clientes (normalmente llevan años en funcionamiento lo que les ha generado un sólido boca/oreja) y que, debido a su carácter de autoempresa, en muchas ocasiones ofrecen precios más bajos que su competencia. Los puntos débiles vienen marcados principalmente por la dificultad que muestran para adaptarse a cambios de normativa y aumento de exigencias. Son en muchos casos residencias situadas en inmuebles habilitados con normativas anteriores en los que es difícil hacer obras, además su funcionamiento "familiar" suele generar resistencias al funcionamiento mediante protocolos, registros y programas. Este tipo de residencias es muy numeroso en algunas comunidades autónomas.

2. Residencias empresariales: Lo que caracteriza a este tipo de residencias es la separación entre capital y explotación. Así como las de tipo familiar los ingresos del dueño vienen en una parte importante de su salario como director o gerente del centro, en las de tipo empresarial existe un capital que se ha invertido en el centro y que obtiene un rendimiento de la explotación a través de beneficios. Es posible que en las residencias empresariales el propietario esté en la residencia, pero, a diferencia de las residencias familiares no es un elemento clave y constante en el funcionamiento del centro. Las residencias empresariales suelen tener directores y gerentes contratados que responden ante la propiedad. El tamaño no es lo más significativo, suelen ser de más de 50 plazas, aunque, tal como decía anteriormente, pueden tener 20, 25 ó 150. Además puede ser que una empresa sea propietaria de una o más de éste tipo de residencias. En este perfil, la actividad de residencia suele ser la principal de la empresa, una sociedad que suelen tener pocos accionistas. Aunque existe una gran variedad de residencias con este perfil, la mayoría son edificios construidos al efecto, espaciosos, con equipos de profesionales y sistemas de gestión basados en protocolos y registros. Estos aspectos y el hecho de que se les exija unos rendimientos hacen que sus precios suelan ser superiores al de las residencias familiares.

Aunque parezca una contradicción, dentro de este perfil pueden caber perfectamente muchas residencias sin ánimo de lucro pertenecientes a asociaciones, fundaciones u órdenes religiosas. Insisto, para mí es más poderosa el tipo de centro que la finalidad.

3. Grupos empresariales con liderazgo: Sería una variante de las residencias empresariales con una característica: son cadenas de ámbito superior al de una autonomía (salvo excepciones) y que en su génesis buscaban un liderazgo dentro del sector geroasistencial. Son los llamados "grupos". Una peculiaridad es que casi todos nacieron en los años 90 como actividad secundaria de otras empresas (aseguradoras, constructoras, cajas de ahorro) de forma que la actividad de residencia no es el core bussiness (actividad principal) de los accionistas. Este tipo de empresas tienen una cadena de centros con unos servicios centrales desde donde se lleva la dirección estratégica y aspectos administrativos. Los directores y equipos interdisciplinares son contratados y obedecen a unos protocolos y objetivos de centro y de grupo. Las residencias de grupos empresariales han vivido en los últimos años procesos de fusiones y adquisiciones favorecidos por el hecho de no tratarse de la actividad principal de sus accionistas. Este tipo de centros busca la creación de un modelo de atención diferenciado, potencian la marca y suelen estar situados en edificios amplios con extensos equipos de profesionales y servicios, tanto de atención como hoteleros de nivel alto. Esta combinación hace que, a pesar de poder aplicar economías de escala, suelan tener precios más elevados que los otros tipos de residencia (especialmente si se compara con las familiares), no suelen tener problemas para cumplir requisitos de acreditación o concertación aunque, en muchas ocasiones sus precios estén muy por encima de los que las administraciones están dispuestas a pagar.

Una variedad dentro de los grupos empresariales de liderazgo son algunas órdenes religiosas que, a pesar de no gastar en imagen de marca son verdaderas cadenas con funcionamiento empresarial aunque con finalidades no lucrativas. A pesar de lo último, en muchos aspectos, tienen preocupaciones más cercanas a las de un grupo empresarial que a las de una residencia familiar.

¿Tiene relevancia que existan tres perfiles diferenciados de residencias? Creo que sí, tanta que a la hora de agruparse para interactuar con los empleados o las administraciones estas diferencias hagan que a veces sea imposible que se puedan sentir representados por las mismas asociaciones.

Imaginemos por ejemplo que se quiere hablar con la administración de criterios de acreditación de centros sobre la Ley de Dependencia. Todas las residencias pedirán a las administraciones unas reglas del juego claras, que se mantengan en el tiempo y que se basen en precios justos, a partir de aquí vendrían las diferencias:

Una residencia familiar querrá que los criterios de acreditación sean lo más cercano a los de autorización, de forma que ella pueda acoger a usuarios financiados con dinero público sin incurrir en reformas, a veces imposibles de acometer. Además querrá que los criterios sean únicos para todas las residencias y el precio público también. Para este tipo de residencia que los criterios se dicten en ámbito autonómico o estatal le es indiferente ya que nunca piensa abrir otro centro en otra comunidad. Si se aplican requisitos nuevos, querrá plazos largos de transitoriedad que les permita ajustarse, además, siempre que sea posible querrá que se den prestaciones económicas vinculadas por encima de conciertos (ya que siendo sus precios más bajos tendrá más posibilidad de captar al usuario).

Las residencias empresariales y los grupos querrán que los criterios de acreditación estén por encima de los de autorización (ya que casi todos sus centros superen ampliamente los requisitos mínimos), también querrán que se apueste por una concertación segmentada que se base más en una "clasificación de residencias" más que una "acreditación", o sea que los residentes con más dependencia sean enviados a centros que reúnan más requisitos y reciban un pago superior. Pedirán además que se diferencien claramente los costes hoteleros/manutención de los asistenciales de forma que puedan cobrar más por determinados servicios optativos. No todas las residencias empresariales pedirían todo lo que acabo de exponer pero sí todos los grupos empresariales que además querrán que exista una armonización de requisitos entre las diferentes comunidades autónomas.

Si hablamos de negociación colectiva volvemos a encontrar serias diferencias. Empezando con quién debiera poder negociar desde la parte patronal: actualmente la Ley exige que quien se siente en la mesa represente como mínimo al 10% de las empresas y al 10% de los empleados. Esta exigencia lleva a que una asociación de grupos de residencias que quiera negociar sin formar parte de una patronal más grande, quede fuera por no representar a más de 10% de las empresas aunque sí tenga más del 10% de los trabajadores. Otro tema de debate, ¿Debe ser la negociación de nivel autonómico o nacional? De nuevo surgen diferencias entre los perfiles de empresas. ¿Dónde debe ponerse más ímpetu negociador (si hay que elegir), en salario o en condiciones?, otra vez es muy diferente ser una residencia familiar que un grupo.

Teniendo todo esto en cuenta se pueden entender las dificultades de las asociaciones de residencias "transversales" a la hora de plantear y defender sus posiciones.

Llevo explicando esta visión desde hace algunos años en mis conferencias y clases pero he pensado que, puestas por escrito pueden ayudar a la reflexión. En www.inforesidencias.com hay asociadas en la actualidad más de 700 residencias que cubren todo el abanico expuesto, me encantaría conocer su opinión al respecto.

miércoles, 8 de junio de 2011

UN MUNDO SIN ALZHEIMER (PRIMERA PARTE)

Hace pocos días un científico y un laboratorio anunciaron que, gracias a una terapia que utiliza células madre y en la que están investigando, en cino o seis años podríamos tener una cura para la enfermedad de Alzheimer.

Mi primera reacción fue de sorpresa y alegría por lo que parecía rotundidad de la noticia. Una segunda lectura me permitió ver que la clave estaba en que decía que se “podría curar” no que se “iba a curar”. Al final me quedé con la idea de que un laboratorio y un equipo de investigadores buscan financiación para su proyecto y lo hacen lanzando una noticia que atraiga la atención hacia ellos.

Desde entonces el imagina un mundo sin Alzheimer me ronda la cabeza. Creo que para llegar al mismo tendríamos que pasar por varias fases: En la primera, el laboratorio que patentase el medicamento querría recuperar su inversión y gratificar generosamente a sus inversores lo que haría que el tratamiento fuese muy caro. De esta forma, los primeros “sin Alzheimer” serían aquéllos que se pudieran permitir pagar la cura. Es posible que hubiese muchos ya que creo que miles de personas priorizarían la cura de la demencia por encima de muchas otras cosas. ¿Se imagina alguien con su cónyuge afectado a quien se le plantea el dilema de vende su casa para pagar un tratamiento que le devolviese a su marido?

Las seguridades sociales de los países europeos se lanzarían a intentar cubrir el tratamiento con fondos públicos y se enfrentarían a un serio dilema: ¿Podrían permitírselo? ¿Sería el Alzheimer la máxima prioridad de gasto?. Creo que la presión social sobre los gobiernos y la de los gobiernos sobre el sector farmacéutico (prometiéndoles pedidos millonarios) harían que, tras un plazo de “tratamiento sólo privado” los precios del tratamiento bajarían y entrarían en la cobertura pública. Así, en unos años ya no habría Alzheimer en el mundo. Perdón, quise decir, yano habría Alzheimer en el “primer mundo”.

¿Y en el resto? Es cierto que hay muchos más casos en países con tasas de envejecimiento elevadas, como Europa, Japón o Estados Unidos pero no lo es menos que en la América Latina la población envejece a ojos vista y el número de personas que sufren la enfermedad se incrementa. Creo que en esos países, las personas con más recursos accederán al tratamiento desde un primer momento pero ¿tendrá que esperar el resto a acceder a la cura a que venzan las patentes? ¿Tendrán que ver como un familiar se deteriora y deja de conocerles sabiendo que hay algo que podría curarle? La respuesta es, sí.

Y ¿se podría hacer algo para evitarlo?

Se me ocurre que podría financiarse la investigación con fondos públicos, pero eso plantearía un serio problema ya que habría que determinar qué es prioritario para el interés general: ¿No deberíamos antes gastar en erradicar la malaria o el dengue que matan cada año a cientos de miles de personas, muchas de ellos jóvenes y niños? Además, si se financian muchas investigaciones con poco dinero el resultado es peor que si se concentra.

Otra medida podría ser obligar a las farmacéuticas a ganar menos cuando descubren un medicamento que puede tener una alta utilidad pero sabemos que entonces dejarían de invertir en investigación. Las farmacéuticas que investigan siempre dicen que muchos de los proyectos que inician no acaban en éxito por lo que, cuando triunfan en uno, tienen que recuperar lo invertido en ese y en otros.

Entonces, ¿No hay más posibilidades que la descrita?

Me gustaría conocer opiniones.

Otro día sigo con el tema ya que creo que hay otro tema interesantísimo. ¿Cómo sería nuestra sociedad si los que pierden la memoria la mantuviesen? Y me atrevo a aventurar: imaginemos que en los próximos 20 años vencemos la demencia, arrinconamos el cáncer, evitamos la osteoporosis, y reducimos drásticamente la degeneración macular, y las insuficiencias cardíacas. O sea, ¿Cómo sería la sociedad de los viejos jóvenes?

Mientras el Alzheimer no se cure, seguiremos teniendo que convivir con la demencia.

lunes, 6 de junio de 2011

LOS ESCRIBAS DEL FARAÓN

Las últimas elecciones autonómicas y locales han producido un gran número de cambios de gobierno. Durante las próximas semanas, a medida que vayan tomando posesión, veremos nuevas caras en muchos despachos. Políticos que llegarán con ideas nuevas y, quizás poca experiencia de gobierno.

Yo nunca he sido político pero sí he trabajado en la administración durante casi diez años (de hecho sigo siendo funcionario en excedencia) lo que me lleva a ser un convencido del cambio inteligente. Entrar en una administración como un elefante en una cacharrería sólo puede producir dos cosas: ruido y que vuelvan a gobernar aquéllos a quien desplazaste. Por eso creo que todo político que quiera reformar, incluso de forma radical, debe conocer la existencia de poderosas inercias y corporativismos que, enfrentados de cara pueden aplastarle.

Si conociese las claves de la resistencia al cambio y supiese dominarlas, me dedicaría a la política. Pero no es así. Por eso me limito a ofrecer a quien quiera leerla, esta reflexión en forma de cuento:

Imaginemos a un joven faraón que acaba de ser coronado y llega con ideas nuevas.

Tras encadenar tres años de sequía, una parte importante de la población pasa hambre y sobrevive gracias a las reservas de trigo de palacio que van siendo repartidas, siguiendo los criterios del anterior faraón, mediante un procedimiento que gestionan los escribas de palacio.

El joven monarca reúne a sus consejeros y les pregunta:

¿Cuánto trigo tenemos exactamente? La respuesta del escriba mayor no tarda: Difícil es de saber con exactitud, majestad.

¿Cuántos escribas trabajan en el reparto de trigo? Los estrictamente necesarios. Con menos no podríamos garantizar que quien dice necesitar trigo, realmente sea un necesitado: Hay que recibir y repasar las solicitudes, hacer las valoraciones, aplicar el baremo de necesidad, comprobar la cantidad que se entrega y vigilar que los receptores no comercien con lo que han recibido. Todo ello requiere escribas de diferentes categorías, locales adecuados y material imprescindible. Si no tuviésemos la maquinaria administrativa bien engrasada se producirían abusos y desigualdades. Podríamos llegar a que un súbdito de una zona del reino recibiese una cantidad de trigo diferente de la que recibiría en las mismas circunstancias en otra zona.

¿Y no es cierto que, a pesar de tantos escribas, según la zona del reino, la necesidad se valora de forma dispar, los súbditos reciben diferente cantidad de trigo y que incluso algunos mueren de hambre mientras se tramita su petición? Majestad. No hay sistema perfecto. El reino es extenso y los gobernadores actúan con cierto grado de autonomía. Sí, pueden producirse imperfecciones pero no son la norma. Tenemos, además, comisiones de escribas que recogen, estudian y analizan los datos. Tenemos planes piloto y comités de escribas expertos, pero el sistema es tan complejo que cualquier cambio debe ser estudiado detenidamente para que no produzca peores defectos que aquéllos que quiere solventar. ¡Las realidades son tan diversas! Permítame su majestad un humilde consejo: Fíjese en que gracias al sistema muchos que morirían de hambre pueden comer. Vea el lado bueno y salga a ver a sus súbditos, que con seguridad le aclamarán. Déjenos a nosotros administrar bajo su atenta mirada y, sobre todo, intente que el pueblo vea la bondad del sistema y no los detalles negativos sobre los que ahora nos pregunta y que son desconocidos por la mayor parte de sus felices súbditos.

No esquivéis mis preguntas. Sé que se reparte trigo y que algunos necesitados lo comen, pero ¿Lo estamos haciendo lo mejor posible? ¿Llegamos al máximo número de necesitados? Decime ¿Cuánto trigo comen los que trabajan para que el reparto se produzca de una forma que resulta inevitablemente imperfecta? ¡Majestad!. ¡Vuestro augusto padre jamás preguntó cosas tales! Comen la cantidad que necesitan. Ni un grano más. Humildemente opino..

¡Basta! Mi augusto padre ya no gobierna el reino. Quiero saber exactamente qué cuesta la maquinaria y cuánto se reparte y quiero que, a partir de ahora la fuerza que os mueva a actuar sea priorizar al máximo la cantidad que llega al necesitado. Esa fuerza impulsará los sistemas de valoración, evaluación y reparto. Todo se hará de la forma que permita dar más trigo a los necesitados que a los escribas. Para ello tenemos que plantearnos nuevas preguntas:

¿Necesitamos tener almacenes de reparto con escribas de palacio o podemos repartir más trigo si contratamos a comerciantes para que lo hagan ellos? ¿Y si en vez de repartir trigo lo moliésemos y repartiésemos harina o incluso pan? ¿No podríamos llegar a más necesitados? ¡Sí! Majestad ¡Sí! Ya lo vemos. Mañana mismo crearemos una comisión que estudie el proyecto harina, otra el proyecto pan y una comisión de enlace entre ambas que evite propuestas contradictorias. Crearemos un cuerpo de escribas para producir unos requisitos de acreditación de comerciantes. Estos tendrán que presentar una solicitud que será evaluada, primero con criterios transitorios y después con otros definitivos. Tendremos que pedirles que nos informen puntualmente de sus actividades, para lo que harán falta más escribas.

¡No! ¡Basta! Pido simplicidad y me ofrecéis laberintos burocráticos. ¿Acaso no es de sentido común lo que os estoy pidiendo?

Majestad, los escribas llevamos generaciones haciendo que la dinastía siga, faraón tras faraón. Se requieren años de gestión de los bienes públicos para descubrir que la simplicidad es la antesala del caos y que sólo los procedimientos prolijos garantizan la estabilidad. Sois joven y queréis dejar vuestra huella. Lo sabemos y os ayudaremos a hacerlo, decidnos tan solo un "qué" y dejadnos a nosotros el "cómo".

El joven faraón está cansado. Come algo y se tiende a echar una siesta. Sus últimos pensamientos antes de caer dormido son: "quizás debería deshacerme de estos escribas".

Tres mil seiscientos años después, durante la autopsia a la momia del joven faraón se descubren trazas de veneno en su cabello. Sin duda fue asesinado al poco de ascender al trono. Los historiadores especulan. ¿Sería su hermano pequeño? No es posible, cumplió cuatro el día de su coronación por lo que sus primeros años de reinado fueron un "gobierno de los escribas". En fin, hay incógnitas históricas que nunca llegan a desvelarse.

jueves, 2 de junio de 2011

INDIGNADOS Y DEPENDENCIA

Esto de los indignados me parece un movimiento muy interesante  a la vez que misterioso.  Cuando empezó todo me pareció que tenía mucho en común con ellos: yo también me siento indignado y descontento con el funcionamiento de nuestro sistema e incluso con algunas propuestas que se plantearon los primeros días (sobre todo me gustó eso de que los votos en blanco contasen en forma de escaños vacíos en el parlamento).  A partir de ese sentimiento inicial de indignación que me hacía sentirme cercano a ellos, cada cosa que escuchaba o leía en los medios me hacía alejarme de ellos.

Ocupar las plazas con campamentos, atraer a corrientes extremistas/antisistema y tomar discursos claramente de izquierda me ha hecho reflexionar que es fácil estar de acuerdo con que se está en desacuerdo con algo, lo difícil es estar de acuerdo con lo que debiera sustituir a ese algo.

El error de la Generalitat al pegar a los movilizados el viernes me hizo seguir reflexionando.  A pesar de sentirme cada vez más lejos de ellos considero que en un Estado de Derecho la actuación de las fuerzas de seguridad debe ser siempre proporcionada.  Aunque creo que ya no debería existir el campamento también estoy convencido de que los que allí están son molestos, ocupan ilegalmente un espacio público pero no son violentos por lo que, si un día se les desaloja la polícía tendrá un verdadero reto ya que deberán actuar de una forma más semejante a como se hizo con el tren de residuos radiactivos en Alemania http://www.youtube.com/watch?v=dmO0cooHis8 .

El pasado sábado me acerqué a Plaza Catalunya para ver con mis propios ojos de qué iba la cosa y me quedé un poco pasmado al encontrar una especie de mercadillo hippy con más turistas curiosos que indignados acampados.  En un espacio un grupo escuchaba a una sucesión de intervininentes que cogían un micrófono y hablaban durante algo menos de un minuto, cada uno hacía una propuesta o una reflexión.  Lo que escuché un rato y volví a casa pensando en la Ley de Dependencia:  Creo que si agrupásemos en un lugar a los que consideran que los resultados de la Ley no son los esparados y los que se sienten molestos con ello podríamos conseguir un nutrido grupo, entre el que yo me encontraría.  Podríamos estar cinco días maldiciendo lo que no nos gusta y estaríamos de acuerdo, pero cuando llegase el sexto díay tuviesemos que plantear cómo deberían hacerse las cosas, empezarían las discrepancias y al cabo de unos días más volveríamos a nuestras casas y sólo se quedarían tres o cuatro que intentarían capitalizar el descontento para dar apoyo a sus propuestas.

Así lo veo yo