domingo, 25 de noviembre de 2012

SAD Y COMUNIDAD DE MADRID. ¿COMPUESTA Y SIN NOVIO?


Desde hace unos años resulta dificilísimo garantizar la viabilidad económica de las empresas de Ayuda a Domicilio (SAD).  Las que quieren vivir en el mercado privado tienen que competir con organizaciones informales, cuando no ilegales que ni contratan ni aseguran a sus empleados y, por supuesto no pagan ningún tipo de impuesto o costes sociales.  Las que intentan trabajar para la administración se encuentran con unos precios públicos tan ajustados que casi impiden obtener un margen y con una dilación en los pagos que asfixia a la empresa más solvente.

Hasta ahora, en una especie de círculo vicioso, las administraciones (locales en muchas ocasiones) sacan a concurso un paquete de horas de ayuda a domicilio con un precio muy bajo. Algunas empresas entonces participan en el concurso presentando ofertas económicas aún más bajas.  Quizás pensando que lo importante es “estar”, hay empresas que han presentado precios tan bajos que, una vez  ganado el contrato se las han visto para poder subsistir.

Algo parece que empieza a cambiar.

La semana pasada salió publicado, con carácter de urgencia, el concurso de Ayuda a Domicilio dirigido a personas en situación de Dependencia en la Comunidad Autónoma de Madrid. Un concurso de nada menos que 42 millones de euros.  Dadas las abusivas condiciones del pliego de cláusulas, sobre todo en lo relativo a los precios (entre 9 y 14 euros) que no permiten cubrir ni siquiera cubrir los costes de convenio,  y por hacer una distinción entre cuidado del hogar y cuidado de la persona), por primera vez en la historia del SAD, se ha llegado a un “macro acuerdo patronal”  entre  AMADE, junto con AESTE,  FED y ASEMAD ( Patronal Madrileña de Ayuda a Domicilio)  para presentar un recurso ante El Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid, ante su disconformidad con el concurso.

Todo indica que el hecho de que se hayan puesto de acuerdo las diferentes patronales en la presentación del recurso debería llevar acompañado que ninguna empresa asociada a esas patronales presentase oferta. De hecho, a día de hoy sólo se habrían presentado dos empresas con poco reconocimiento y experiencia en contratos de este calibre.  Pensemos  que sólo unos días antes, el Ayuntamiento de Madrid (no la Comunidad) había hecho públicos los nombres de las empresas adjudicatarias de los diferentes lotes en los que distribuye la ayuda a domicilio de la capital.  Las principales adjudicatarias: Eulen, Clece y Asispa, forman parte de alguna de las asociaciones que ahora recurren en concurso de la Comunidad por lo que es muy probable que no se presenten.

Si eso llegase a ocurrir, podríamos estar ante el principio de un cambio.  La Comunidad de Madrid se podría quedar compuesta y sin novio.

Ya veremos.


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