lunes, 31 de diciembre de 2012

DESCANSE EN PAZ, RITA LEVI MONTALCINI

En el boletín mensual de Inforesidencias.com de noviembre de 2005 escribí esto:

En los tiempos que corren la imaginación a la hora de dirigir y gestionar una residencia es un factor en plena alza. Son varias ya las residencias que organizan periódicamente jornadas y seminarios dirigidos a los propios residentes y a profesionales del sector. 


Nos ha llamado entre ellas la atención Qualia Residencial de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), que como primer acto, celebró el pasado 4 de noviembre una conferencia impartida por la Profesora Rita Levi-Montalcini. Sería un acto más si no fuera porque la Dra. Montalcini reúne dos características poco comunes por separado y únicas de forma conjunta: fue premio Nobel de Medicina en 1986 y tiene en la actualidad 96 años. 
(...)
En la conferencia, que impartió de de pié, en lengua inglesa y con una sucesión de ideas que mantuvo al auditorio cautivado, defendió que había que exigir al cerebro que trabaje al máximo y no tener miedo a envejecer. Actualmente la Dra. Montalcini dirige varias fundaciones y su principal preocupación es la ayuda a las mujeres del tercer mundo. Tras la conferencia la Dra. Montalcini respondió preguntas del público y se manifestó defensora de terapias de crecimiento nervioso en las fases iniciales de la demencia como una de las vías de investigación a las que ve buen futuro.

Hoy, me he enterado de que, a los 103 años ha fallecido la que fue conocida como "La Dama de las Células".

Creo que repasar un poco la vida de una mujer inteligente, tenaz y sobre todo, trabajadora puede ser una buena forma de empezar 2013, un año que no llegará a ver.

Rita Levi, nació en Turín en 1909.  Contra la opinión de su padre estudió medicina y trabajó como investigadora en neurología formando parte de un equipo del que saldrían tres premios Nobel, hasta que Mussolini aprobó una ley que impedía a los judíos practicar la medicina y ocupar cargos en la universidad.  Se mudó entonces de forma clandestina a Florencia donde  montó un laboratorio en su casa y siguió investigando el sistema nervioso en embriones de pollo.  Tras la caída del fascismo y hasta el final de la guerra Rita Levi trabajó como médico en campos de refugiados.

Finalizada la contienda volvió a ocupar el cargo en la universidad del que había sido expulsada y no tardó en publicar artículos que llamaron la atención en el otro lado del Atlántico.  En 1947 recibió una invitación para participar en una investigación en la Universidad de Washington durante diez o doce meses. Fue y se quedó treinta años aunque sin perder el contacto con Italia.  Compatibilizó su docencia e investigación en la Universidad americana con la creación en Roma del Alto Instituto de Estudios de la Salud.

En 1986 ganó el premio Nobel de medicina por el descubrimiento de la existencia de un factor de crecimiento nervioso (NFG), una molécula requerida para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso sensorial y simpático de los vertebrados, un avance que resultó fundamental para entender el funcionamiento de algunos tipos de cáncer y de la enfermedad de Alzheimer y que llevó al colectivo científico a alcanzar una nueva forma de entender y convivir con la demencia.

Debido a su dilatada carrera como exitosa investigadora el Nobel acabó siendo sólo un reconocimiento más en una larga lista de premios.  Hasta el final de su vida presidió el Instituto Europeo de Investigación el Cerebro que ayudó a crear en 2002.

Junto a su vida como científica, junto con su hermana montó y mantuvo la fundación Onlus dedicada a promover la educación de mujeres en Africa, fue embajadora de la FAO (organización de agricultura y alimentación de la ONU) y, desde 2001 ocupó un escaño como senadora vitalicia en el senado italiano.

Condensar en una persona la inteligencia, la abnegación, el sufrimiento en carne propia de la injusticia, la superación personal y la generosidad, resulta extraordinario.  Que encima de ello se trate de una mujer (lo que en el siglo XX suponía subir la montaña con una mochila adicional de prejuicios y obstáculos), hacen de Rita Levi alguien que sin duda debería ser recordado.

Cuando escuché a Rita Levi en 2005, sus palabras me llegaron con fuerza, pero no ha sido hasta hoy, cuando repasando lo que escribí entonces, he captado lo actuales que resultan.  He dejado para el final este fragmento de la noticia de entonces que parece una metáfora sobre lo que nos ha pasado los últimos años y cómo con esfuerzo y adaptación podemos recuperar lo perdido:

La Dra. Montalcini, en su conferencia dijo que mantenía la misma curiosidad y felicidad que cuando tenía 20 años, que sabía que muchas de sus neuronas habían muerto pero, debido a la gran plasticidad de las células neuronales, las que le quedaban se habían adaptado para realizar las labores de las desaparecidas de forma que, si mantenía el cerebro activo podía llegar en plenas capacidades hasta el día de su muerte. Muerte a la que manifestó no tener miedo. 

Descanse en paz Rita Levi
תנוח בשלום על משכבו

viernes, 28 de diciembre de 2012

¿NEUS QUÉ?

Como opinador amateur llevo unos cuantos años intentando desentrañar lo que se esconde detrás del nombramiento de un político determinado para ocupar  cargos de responsabilidad que después afectan al sector de la dependencia.

Así, en octubre de 2010 deduje que a Zapatero lo de la dependencia no le importaba un ápice y por eso había nombrado como ministra a la estrambótica Leire Pajín.  Ese desinterés lo arrastraba desde que en 2006, cuando se estaba ultimando la redacción de la Ley de Dependencia, creó el  increíble Ministerio de Educación, Política social y Deporte y puso al frente a Mercedes Cabrera, alguien tan gris que he tenido que buscar en Google para recordar su nombre.  En 2011, llegado Rajoy, me pregunté quién era Ana Mato, pensé que tampoco al nuevo presidente le importaba demasiado esto de la dependencia y por eso había puesto al mando a alguien con perfil político bajo y sin conocimientos demostrados en el campo.

En Cataluña, cuando Artur Mas nombró a Josep Lluis Cleries como conseller de Benestar Social y Famlia, muchos nos alegramos.  Era un político experimentado, director general de acción cívica en un gobierno anterior y parlamentario avezado en la denuncia de los desaguisados del tripartito.  Sabía perfectamente lo que era la atención a la dependencia y se manifestaba ferviente defensor de la cooperación público/privada.

El entorno en que le ha tocado trabajar a Cleries, durante estos dos años ha sido el peor imaginable. Administrar el final del espejismo con el descubrimiento de la deuda oculta que dejaba el tripartito, una Ley de Dependencia que se ha caía a pedazos, la necesidad de cumplir un objetivo de reducción de déficit verdaderamente doloroso y las constantes tensiones de tesorería favorecidas por un cuestionable sistema de financiación autonómico.  Aun así, y a pesar de haberle criticado en diferentes ocasiones, creo que se le puede considerar el mejor conseller de servicios sociales que hemos tenido en esta Generalitat.

Es cierto que ahora ha sido sustituido y deja pendientes muchas cosas, entre ellas, no ha elaborado la norma de acreditación (llevamos cinco años esperándola),   y debe el dinero correspondiente a  los conciertos de mayo de 2012.  También es cierto que su política de comunicación y relaciones públicas ha sido muy mejorable. Pero aún así, su actitud perseverante dentro del gobierno ha conseguido que las cosas no hayan sido aún peores para el sector geroasistencial.

Y aquí llegamos a la cuestión de fondo. ¿Por qué ha decidido Mas sustituir al mejor conseller de Benestar Social por una tal Neus Munté que hasta hoy nadie conocía dentro de este sector?  En primer lugar.   Digo que ha elegido a "una tal" porque me ha resultado bastante difícil encontrar algo sobre ella en internet.   Según la web del Parlament se trata de una parlamentaria  que no tiene "Ninguna actividad profesional, laboral o empresarial desarrollada y ningún cargo público ocupado actualmente, aparte de su actividad como miembro del Parlamento".  He podido saber que es licenciada en derecho, que tiene un Máster en Derecho Público y Organización Admnistrativa y, como único dato destacable, que es de UGT y que ocupó en ese sindicato el cargo de Secretaria de Política Institucional.   O sea, que pasamos de un paladín de la cooperación público/privada a una sindicalista que, según el periódico ARA se enmarca en la línea más socialdemócrata de Convergència.

Sin duda un cambio como éste debe tener una motivación, y he intentado en vano descubrirla . En el poco tiempo que ha pasado me han llegado diferentes explicaciones.  Según una de ellas, el propio Cleries habría pedido ser sustituido (no me la creo), según otras se trata de una concesión que hace Mas a Esquerra Republicana al quitar del gobierno a un político que les incomodó mucho poniéndoles constantemente en evidencia en el Parlament cuando era consellera Carme Capdevila.  Yo me decanto por otra explicación que puede ser verdaderamente dolorosa.  Creo que Cleries fue "demasiado buen conseller de lo suyo" lo cual supuso en ocasiones tener que enfrentarse con Economía o con Salud en defensa de los intereses de Benestar (léase, pago de los conciertos).  Hoy mismo he sabido que los centros colaboradores y concertados han cobrado puntualmente.

Me temo que Mas ha decidido poner en el lugar de Cleries a alguien con menos envergadura política, alguien más "decorativo", aceptado por parte de sus nuevos compañeros de aventura y menos "molesto" si hay que tomar decisiones dolorosas como volver a suspender algún pago.  ¿Y quien mejor que una backbencher convergente?

Cuando he sabido que era sindicalista de UGT me ha entrado un pequeño escalofrío.  ¿Puede alguien comulgar a la vez con la "Plataforma contra las retallades" (de la que forma parte UGT) y con el gobierno que se ve obligado a aplicarlas?  A mí  me costaría un poco.  Por otro lado, ¿Seguirá la sra Munté, que se ha manifestado continuista, apostando por la cooperación público/privada, por la flexibilidad y la confianza, o volverá a los momentos en que se consideraba que "esto de la dependencia debe ser básicamene público"?

Personalmente deseo lo mejor a Cleries y, ciertamente también a Neus Munté.  Espero que ese perfil bajo que tiene ahora se eleve rápidamente, que sepa defender los intereses de su departamento dentro del gobierno y que entienda con rapidez que la mejor atención a los dependientes se alcanza garantizando una financiación adecuada y la elección del prestador que sea más eficaz y más eficiente con independencia de que sea público o privado.

Bienvenida al sector y ahora, a trabajar.

viernes, 21 de diciembre de 2012

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Y RESIDENCIAS

Cuando mis amigos de Edad y Vida me propusieron poder formar parte del grupo de consulta para la elaboración de una Guía de Responsabilidad Social de la Empresa en servicios de atención a mayores acepté encantado.  No tardé demasiado en descubrir que, aunque me parecía que sí, no sabía en qué consistía eso de la "Responsabilidad Social de la Empresa".

Ahora, pasado un tiempo, y después de haberse presentado la guía en Madrid y Barcelona, estoy más cerca de entenderlo y de descubrir la relevancia que tendrá durante los próximos años.

Yo solía relacionar Responsabilidad Social con noticias como éstas:

Una residencia premiada por innovar al aplicar un programa de reducción de las contenciones
Una residencia colabora con campaña contra la violencia de género
Residencias acogerán a mayores solos en Navidad de forma gratuíta
El programa "compartiendo mesa" invitará a comer a mayores que vivan solos

Ahora sé que, una cosa es la "acción social" de una empresa, o sea, algo puntual que hace una empresa y que tiene un relevancia social y otra cosa diferente es que las preocupaciones sociales y medioambientales formen parte de la estrategia global de la empresa "se incorporen a su ADN",  llegando a una idea según la cual, la empresa busca algo más que el beneficio a corto plazo: Si a la empresa le va bien, le irá un poco mejor a la sociedad.

Recomiendo mucho la lectura de la guía “La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) en los servicios de atención a las personas mayores. Guía para su aplicación e integración en la estrategia”.  Pero, como dije en la presentación de la misa en IESE el 20 de diciembre,  a pesar de encontrar la idea "muy bonita", creo que hay el análisis desde nuestro sector requiere de de algunas reflexiones particulares.

Para empezar, una sociedad en la que las empresas, en general actúen desde principios de RSE estará formada por personas, tanto empresarios como consumidores, inteligentes que no toman sus decisiones pensando únicamente en el corto plazo y en la satisfacción inmediata sino que piensan un poco "más allá".  Veamos:  si una residencia incorpora a su ADN la RSE quizás adoptará medidas de ahorro energético, implantará un sistema de participación de los usuarios y empleados, incorporará en la plantilla a personas con discapacidad, colaborará con alguna asociación del barrio o implemente acciones por el estilo.  Si bien, casi todas esas acciones, en el largo plazo revertirán en la empresa en forma de beneficios, en el corto suponen un coste.  Hace poco una residencia obtuvo un certificado de excelencia energética,  hablé con el propietario y me contó que el ahorro que supone las medidas introducidas es bárbaro pero ha costado mucho más de lo normal por lo que, sin una subvención no se lo podría haber planteado.

Por parte de los consumidores, la RSE requiere además un cierto nivel de altruismo.  El egoismo puro nos llevaría a tomar decisiones que nos beneficiasen aquí y ahora sin importarnos las consecuencias. ¿Decidiría hoy un cliente ingresar aun familiar con demencia en un centro porque sabe que apuesta por la conciliación de la vida laboral; por el medio ambiente y por el entorno social si el precio del servicio es un 10% más alto que otras que no tienen esas preocupaciones?  Hoy no lo sabemos, pero debería ser así para que la RSE triunfe.  En la presentación, María Rodríguez, presidenta de CECU Madrid, dijo que la pregunta no puede hacerse porque, hoy por hoy, no hay forma de que un consumidor sepa si una empresa es socialmente responsable o no. Eso me hizo pensar que los dos requisitos adicionales para que la RSE de generalice son que las personas seamos más sinceras y las empresas más transparentes.

O sea que "sólo" necesitamos: inteligencia, altruismo, sinceridad y transparencia.

A pesar que dicho así parece que esté defendiendo que se trata de una quimera, si analizamos el sector geroasistencial vemos que se trata de una verdadera oportunidad.

La atención a mayores, especialmente en residencias tiene unas características que lo hacen único:

 Para empezar, vende un servicio (atención a dependientes) que en principio nadie quiere.  Yo mismo espero morir a los 99 años, totalmente autónomo y lúcido mientras duermo después de una fiesta.  O sea, mi deseo es no comprar nunca los servicios que venden las residencias, centros de día o ayuda a domicilio.  No obstante, sé que si llego a los 99 tendré un 50% de posibilidades de estar recibiendo algún servicio.

Para continuar, en muchas ocasiones vendemos un servicio que genera culpa en quien lo compra.

Encima, existe una cierta percepción social de que ganar dinero cuidando a personas mayores es algo cuestionable.  Esta percepción hace que las administraciones actúen con desconfianza ante las empresas que se dedican a cuidar a personas mayores, con un número de inspecciones desproporcionadamente superiores a otros sectores (como la sanidad), unos regímenes sancionadores durísimos y unas reglamentaciones muy intervencionistas.

Esto que digo no es nada nuevo.  Es así desde hace mucho tiempo y, aunque, poco a poco va cambiando, parece que seguirá pareciéndose durante unos años.

¿No sería el abordaje de políticas de RSE una buena forma de acelerar el proceso de normalización?

Hoy día ya somos un sector que genera gran número de puestos de trabajo, que coloca a mujeres de más de cuarenta años sin elevado nivel de estudios (colectivo de difícil integración laboral) que está haciendo un gran esfuerzo de reciclaje.  Todos estos factores son propios de la Responsabilidad Social y ya los tenemos.  Además tratamos a personas mayores vulnerables y, desde hace años lo hacemos mediante sistemas pensados, registrado y analizados, pidiendo la opinión de nuestros usuarios y aplicando, en ocasiones técnicas innovadoras, como la racionalización de las contenciones o el trato específico de las personas con demencia.

Creo que convertir, acciones sociales en responsabilidad social requeriría esfuerzo pero devolvería beneficios en un plazo no demasiado largo.

Sé de sobras que en un momento en el que un tercio de las empresas  no pueden pagar la paga extra sus trabajadores debido a los atrasos en los pagos de la administración, hablar de RSE puede sonar a broma pesada por eso creo que más que empezar a construir grandes cosas hay que aprovechar lo que ya se está haciendo y empezar a hacerlo dándole una perspectiva de responsabilidad social.

También quiero destacar alguna cosa que no me gusta.  Para empezar, la intromisión gubernamental en estas cuestiones.  Para mí la RSE debería ser algo entre empresas, empleados y consumidores/ciudadanos en lo que los poderes públicos deberían ser espectadores.  Sin embargo encontramos regulación en la denostada Ley de Economía Sostenible, esa que el anterior gobierno publicó proclamando sin empacho que se trataba de una de las piezas más importantes de su  Estrategia ya que aborda, transversalmente y con alcance estructural, muchos de los cambios que, con rango de Ley, son necesarios para incentivar y acelerar el desarrollo de una economía más competitiva, más innovadora, capaz tanto de renovar los sectores productivos tradicionales como de abrirse decididamente a las nuevas actividades demandantes de empleos estables y de calidad. La Ley fue un fracaso y es triste que en ella se hable de un tema que puede acabar siendo interesante.  Sabemos que las cuestiones "legislables" son como miel para las moscas.  Cuando nadie hablaba de RSE no había Ley. Ahora sabemos que Extremadura ya ha redactado la suya así que, dentro de unos años podemos tener dieciocho leyes que se parezcan como los primos entre sí.  Yo me sentiría más cómodo si se siguiese hablando del tema desde Fundaciones como Edad y Vida, asociaciones de residencias, de usuarios y las universidades.

En fin, es una forma de empezar por la que hay que felicitar a Edad y Vida, ya que ha sido esta Fundación la que ha captado la preocupación y ha apoyado la redacción de la guía.

A ver si no me equivoco y de verdad la RSE se convierte en una clave de futuro.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

A FAVOR DEL IVA DEL 4% UNICO PARA DEPENDENCIA

Lo he defendido varias veces y, aunque parece de lógica, todavía tenemos dos IVAs diferentes para los servicios de atención a la dependencia (tres si incluímos el IVA cero de algunos establecimientos benéficios).

Si una plaza en una residencia es concertada paga el 4% pero si es privada paga el 10%, salvo que el cliente reciba una ayuda pública en forma de Prestación Económica Vinculada (PEV) que suponga más de un 75% del precio de la plaza, en ese caso, también paga el 4%. ¿Resulta complicado?  La verdad es que lo es de una forma artificiosa.

Hasta 2010 los servicios a la dependencia compartían un único tipo de IVA, pero entonces, en lo que llamé en este blog "La Rebaja Interrupta del IVA" el gobierno del señor Zapatero decidió subir un punto el IVA a las plazas privadas en residencias y bajarle tres puntos a las concertadas.  Como quien paga básicamente las plazas concertadas son las comunidades autónomas la medida supuso una propina a esas comunidades mientras se subía el precio real que pagan los usuarios de las residencias privadas.  Todo ello a costa de introducir un elemento de ilógica en el sistema.

A partir de mediados de 2010 dos personas mayores que comparten habitación en una residencia con plazas privadas y concertadas generan tipos de IVA diferentes por recibir exactamente el mismo servicio.

El sistema se complicó en la siguiente subida del IVA, gobernando ya el Sr. Rajoy ya que se mantienen los diferentes tipos de IVA pero con un matiz: quienes reciban una Prestación Económica Vinculada que suponga más de un 75% del precio de la plaza pagan el 4% en vez de el 10% ¿Saben qué es lo más divertido de la medida?  ¡Que nadie recibe PEV que cubran más del 75% del coste de la plaza!

¿No sería más lógico que se unificase el tipo de IVA para todos servicios a la dependencia en el 4%?

Así lo han creído las asociaciones de residencias.  AERTE en la Comunidad Valenciana o ACRA en Cataluña incluso recogieron firmas para pedirlo.  También desde Cataluña surgió una iniciativa intermedia, que consiste en pedir que las plazas "de colaboración" (una figura anterior a la Ley de Dependencia parecida a la PEV pero asimilada en la gestión con el concierto) tuviesen un IVA del 4%, algo que se planteó como una "muy buena noticia" aunque algunos, entre los que me encuentro, veamos de muy difícil encaje en la legalidad.

Hace pocos días he recibido una nueva iniciativa que me ha gustado especialmente por ser muy "de internet".  Upimir, asociación que agrupa a pequeñas y medianas residencias, ha decidido lanzar una campaña de petición de firmas a través del portal Change.org, una de esas páginas que movilizan a internautas sobre una causa.  Hoy mismo, más de 210.000 personas han dicho que no quieren que los organizadores de la fiesta de Halloween donde murieron cuatro chicas organicen una fiesta de fin de año.

La campaña de Upimir pide de forma escueta  "IVA del 4% para todas las plazas de residencia en centros geriatricos" y en el momento en que escribo esta entrada lleva 44 firmas (una es la mía).  Animo a todos los que leen este blog a sumarse a la recogida.

No creo que Upimir consiga mucho más de lo que han conseguido otras asociaciones con sus recogidas de firmas pero estaría muy bien que se siguiese hablando de este tema que, aunque no sea el más relevante cuando tratamos de dependencia, sí lo podría ser para muchas familias que podrían, con un IVA más reducido, asumir el pago de una residencia privada para un ser querido que la necesita.


domingo, 16 de diciembre de 2012

SEGUIMOS HABLANDO DEL ENDOSE DE LAS PEVS

El pasado 29 de Agosto escribí una entrada en el blog titulada Impagos y PEVS a raíz de las noticias que me llegaban según las cuales la Generalitat de Catalunya estaba pidiendo a las residencias acreditadas para acoger a beneficiarios de Prestaciones Económicas Vinculadas (PEVs) que enviasen sus datos bancarios de forma que estas prestaciones fuesen ingresadas directamente en la cuenta de la residencia en vez de pagarse al beneficiario.

Entonces dije claramente que no había una base jurídica clara para obligar a las residencias a aceptar el pago directo y que las residencias podían optar.

Ha ido pasando el tiempo y sigo recibiendo llamadas de residencia a las que les siguen presionando desde el ICASS para que presenten el papel con los datos bancarios.

Para contrastar algo las cosas he estado en contacto con el ICASS a ver si me podían confirmar que existía esa "presión" sobre las residencias para que acepten cobrar directamente.

En el fondo lo que busco es respuesta a una pregunta:  Si el beneficiario de la prestación es la persona dependiente ¿quién es la residencia para decidir cómo tiene que cobrarse la prestación económica?  ¿No sería más razonable que fuese el propio dependiente o sus familiares de referencia quienes decidiesen si quieren que la ayuda se les siga pagando a ellos o vaya directamente a la residencia?

Desde el ICASS me informan de lo que parece ser un malentendido.

Al parecer la intención de la administración al permitir que las residencias pidan cobrar directamente las prestaciones es dar respuesta a un problema que tienen algunas residencias (que las familias cobren la prestación y después no la paguen a la residencia).  Por eso, no existe presión, si la residencia no quiere el endose, sólo hace falta que lo diga (palabras textuales).

Antes de recibir estas aclaraciones pensaba que lo mejor era hacer intervenir a los usuarios y sus familiares, pero, si diciéndolo es suficiente, es mejor no liar la cosa.

En la Generalitat están sorprendidos por todo este asunto ya que, según me comentan, cuando hicieron las reuniones para explicar el sistema y expusieron que las PEVS se irían pagando a las residencias nadie puso objeciones.

Creo que ICASS tiene en parte razón ya que, para algunas residencias que temen que la familia no pague, el endose puede ser una buena opción.  Por otro lado, el miedo más intenso que tienen las residencias se centra en la posibilidad de que la Generalitat se retrase en el pago de las prestaciones con más facilidad si tiene que pagarlas a las residencias que a los usuarios.  No es un temor sin fundamento ya que, hasta ahora las PEV se han librado de los impagos producidos.

Quizás porque llevo unos cuantos años en esto, me resulta imposible dejar de ver el paralelismo entre lo que estamos viviendo ahora y lo que fue la entrada en funcionamiento del sistema de colaboración en los años noventa.  La diferencia es que entonces la colaboración era casi el único sistema mientras ahora conviven tres (concierto, colaboración y PEV).  En dos de ellos la Generalitat puede retrasarse en el pago haciendo recaer el menoscabo en las residencias mientras en las PEV, si deja de pagar, quien dejaría de cobrar serían los ciudadanos.

Con los antecedentes que tenemos, no es descabellado pensar que, si todas las PEV se pagasen directamente a las residencias, la próxima vez que una tensión de tesorería recomendase atrasar pagos, ese atraso afectaría a estas prestaciones igual que lo haría con el concierto y la colaboración.  Quizás sería más equitativo que así fuera, pero para las residencias que tienen usuarios beneficiarios de PEV, pedirles que entren voluntariamente en la boca del lobo se me muestra un poco desmesurado.

Lo bueno es saber que no es la intención de la Generalitat presionar a nadie por lo que, cada residencia puede decidir y sólo deberá escribir a Palau de Mar aceptando o no el cobro directo.

Espero, además, que las tensiones de tesorería vayan disminuyendo y esta reflexión se quede en papel mojado.

martes, 4 de diciembre de 2012

UNA NUEVA EXIGENCIA BUROCRÁTICA PARA LAS RESIDENCIAS

¿Han visto alguna vez una de esas películas en la que un artefacto que lleva miles de años en apariencia apagado o muerto, se activa y empieza a causar estragos?  El artefacto puede ser una momia, un libro maléfico o un prisma de piedra.  ¿Se imaginan lo terrible que sería vivir una de esas situaciones?  Pues prepárense.

En nuestro caso el artefacto se llama Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, por el que se establecen las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios.  Una norma estatal que determina que todos los servicios sanitarios y los sitios donde se presten deben contar con la preceptiva autorización administrativa.

El Real Decreto es muy meticuloso definiendo cosas así que especifica lo que debe entenderse por centro sanitario,  servicio sanitario, establecimiento sanitario, actividad sanitaria.  Así, la definición de servicio sanitario es: unidad asistencial, con organización diferenciada, dotada de los recursos técnicos y de los profesionales capacitados, por su titulación oficial o habilitación profesional, para realizar actividades sanitarias específicas. Puede estar integrado en una organización cuya actividad principal puede no ser sanitaria.

Después dice que Las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas autorizarán la instalación, el funcionamiento, la modificación y, en su caso, el cierre de todos los centros, servicios y establecimientos sanitarios ubicados en su ámbito territorial.

En el anexo del Real Decreto, donde se especifican una serie de centros, servicios y establecimientos vemos algo más: C.3 Servicios sanitarios integrados en una organización no sanitaria: servicios que realizan actividades sanitarias pero que están integrados en organizaciones cuya principal actividad no es sanitaria (prisión, empresa, balneario, residencia de tercera edad,...).

Y allí quedó la cosa. Han ido pasando los años

En principio el cambio no quiere decir nada.  Así lo dijo la representante de la Comunidad de Madrid, Paloma Martín, durante la jornada de reflexión sobre el sector de la dependencia de la Comunidad de Madrid a la que asistí el pasado 28 de noviembre, pero veamos algunas pequeñas diferencias.  Según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla León, en una unidad de enfermería situada en una residencia los empleados deberían llevar siempre guantes de goma mientras en la parte "no sanitaria" de la residencia no haría falta  (ver sentencia).  Un "detalle sin importancia" que, como una pequeña grieta en la fachada de un edificio, nos puede estar anunciando gastos no previstos, problemas no esperados, osea, una losa más sobre la espalda de las residencias.

De momento, aunque la norma de partida es estatal, no he oído que se esté exigiendo esta autorización en todas las comunidades, pero, como dice el refrán, "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".




lunes, 3 de diciembre de 2012

BESOS, PERAS Y VALORACIÓN DE LA CALIDAD EN RESIDENCIAS

Me es imposible ir a Madrid sin recordar que entre los trece y los veinte años viví en esa ciudad.  Aunque han pasado veintisiete desde que volví a Barcelona y la ciudad ha cambiado muchísimo en ese tiempo, es llegar, coger el Metro o pasear por el centro y sentirme en el hogar de mi adolescencia.

Recuerdo un día, debía estudiar tercero de BUP, cuando un profesor nos quiso explicar qué era la Comunidad de Madrid y  nos dijo, "Levantad la mano los que hayáis nacido en la provincia de Madrid".  Muchas manos, no la mía.  "Mantened la mano aquéllos cuyo padre y madre también hayan nacido en Madrid".  Muchas menos manos.  "Seguid con la mano alzada los que tengan a sus cuatro abuelos de esta provincia".  Dos.  "¿Veis?  Eso es la Comunidad de Madrid".  Quizás si hubiese seguido con la explicación no se me hubiese quedado en la cabeza, pero lo dejó así, y sigue pareciéndome algo interesante en lo que pensar.

Como resulta difícil encontrar "madrileños de pura cepa" también lo es saber cómo son de verdad. Pero eso no supone problema ya que el imaginario popular ha creado un estereotipo: "el castizo" y tendemos a aplicarlo a los madrileños aunque, en realidad no resulta fácil encontrarse con alguien que reúna verdaderamente el perfil.

El 28 de noviembre, asistí a la Jornada de Reflexión sobre el sector de la Dependencia de la Comunidad de Madrid, organizada por AMADE.  Dejando a un lado las cuestiones técnicas de las que empecé a escribir hace unos días.  Me llamó poderosamente la atención la figura de la Directora General de Coordinación de la Dependencia de la Comunidad de Madrid,  Carmen Balfagón Lloreda (segundo apellido catalán, por cierto), quien tras presentarse como hincha del Atlético de Madrid, nos hizo la siguiente reflexión sobre lo que, para ella es la calidad en residencias, basándose en su experiencia durante el tiempo en el que fue directora General en Castilla la Mancha. Hacía tiempo que no escuchaba a nadie hablando desde una tribuna en términos tan coloquiales y castizos.  La cosa mejora mucho si se escucha

Os lo cuento.  La calidad.  

Yo, como estaba allí, desplazá como los ferroviarios, me había cogido un piso alquilado porque estaba sola,  y por las tardes decía “Amo a ver  una residencia de esas que tenemos”.  Yo llegaba, al principio se extendió la voz “esta mujer suele ir..”.  Y a mí, que me gusta la gente mayor y que, además, soy muy besucona, les daba besos:
“¡Hermosa!”
“ ¿Y tú quién eres?”
“ Pues una que ha venido de Toledo a verte”
Y me daba una satisfacción besar a la gente y ver que estaban limpios..   A mí que me expliquen cómo vas a valorar la limpieza de una persona si no la das un beso.  Pues habrá otros mecanismos, pero yo no los conozco.
“Y ahora, vamos a la cocina”
Y yo que cogía una pera, ¡y se podía comer!
Vamos a ver.  En mi pobre estructura mental, yo sabía que esa residencia era buena: comía una fruta que no era una madera.  Las personas mayores estaban limpias, aseadas y encima te recibían con una sonrisa.
A mí me podían contar ratios, me podían contar lo que quisieran, pero yo, la impresión que me llevaba, y lo mío no era una inspección sino una visita, es que era buena.
Y yo ahora a José Ramón (se refiere al Director General de Atención al Mayor de la Comunidad de Madrid, José Ramón Menéndez Aquino) le amenazo y le digo:
“Que voy a empezar a ir a las residencias”
“¡No! Que eso es mío”
“Perdona, el dependiente  es mío.  Voy a ir a verle y a darle dos besos. Estoy en todo mi derecho”.

Podríamos quedarnos en el "besuconeo" o en el "de quién es el dependiente" pero sería engañoso ya que, detrás de esta representación hay algo sustancial.  Durante años la valoración de la calidad de la dependencia se ha basado en un examen de la estructura (física y ratios de personal) y de los procesos (protocolos, registros y programas).  ¿Se esconde tras el discurso chusco un cambio hacia una valoración de los resultados? ¿Estamos ante el anuncio de algún tipo de desregulación?

No hace mucho, el consejero de Cataluña hablaba de medir la calidad más allá de las ratios y de centrarse en la autonomía personal y no en la dependencia.

Deberemos estar atentos ya que, sea cual sea el idioma o el acento con que se diga, algo está cambiando y del "hacia dónde" y del "cuánto" cambie depende en buena medida el futuro del sector.