lunes, 30 de diciembre de 2013

LA NUEVA ATENCIÓN A MAYORES ¿CENTRADA EN LA PERSONA O CENTRADA EN EL INSPECTOR?

Hace unos días impartí a los directores de un grupo de residencias de mayores dos cursos sobre cómo afrontar inspecciones y cómo preparar un protocolo de actuación ante la inspección.  Una muy buena experiencia ya que pude volver a palpar en directo cómo viven los profesionales el hecho de que alguien externo a la organización llegue para mirar todo de forma exhaustiva.  Para quien no lo sepa, durante casi diez años fui inspector de residencias de forma que es un tema que me despierta cierta sensibilidad.

Durante uno de los cursos surgió un debate que ya he escuchado en varias ocasiones.  El hecho de que los inspectores valoren muy positivamente la aplicación en las residencias de modelos de atención centrados en la persona, directamente o mediante la utilización de programas para eliminar sujecciones u observar sistemáticamente a los residentes con demencia (Dementia Care Maping o DCM).  Tanto les gusta a los inspectores esa nueva forma de atención, que según me comentaban, se vuelven más tolerantes con otras cosas.  La situación no me resultó nueva ya que, en las últimas Jornadas Interdisciplinarias de Residencias que se celebraron en Barcelona en primavera de 2013, una ponente que trabajaba en una residencia donde se aplicaban técnicas de atención centrada en la persona dijo ante unas 300 personas que, a las inspectoras les gustaba tanto que "hacían la vista gorda".

Pero, ¿es necesario que los inspectores hagan la vista gorda si se quieren aplicar modelos de atención de los conocidos como "centrados en la persona"?  Por desgracia, hoy por hoy, parece ser que sí.

Esa peculiaridad me parece muy relevante ya que creo que, con esto de los nuevos modelos de atención está pasando algo curioso.

Llevo unos cuantos años visitando residencias en diferentes países.  Primero asistí a los viajes que organiza la patronal catalana ACRA y así pude conocer los modelos Sueco, Danés y Noruego.  Después me animé a organizar viajes desde Inforesidencias.com, portal que dirijo, y hemos podido acompañar a empresarios y profesionales del sector geroasistencial español a Suecia, Alemania, Francia y Holanda  (por cierto, en Mayo de 2014 iremos a Suiza y Austria).

Las primeras veces que fuimos a Suecia me sorprendió mucho que casi todas las residencias que visitábamos se organizasen en unas unidades de entre ocho y doce residentes, cada uno en su habitación individual, que pasaban el día en un espacio común, mezcla entre comedor, sala de estar y cocina americana haciendo lo que las personas mayores suelen hacer en su casa.  O sea, cocinar, limpiar, leer y, básicamente, pasar el rato.  Cuando les preguntábamos sobre cuál era el programa individual que seguían, sobre protocolos, registros y equipos interdisciplinares nos contestaban que tenían muy poca documentación y que, básicamente trabajaban enfermeras y dos niveles de auxiliares de enfermería.  En algunas tenían algún apoyo externo pero, en muchas, esas mismas enfermeras y auxiliares cocinaban con los residentes, comían con ellos, hacían las camas, limpiaban... Vamos, que hacían vida con ellos en un espacio que parecía más una casa grande decorada con muebles de IKEA que una residencia.  En algunos centros veíamos personas con demencia, incluso en fase avanzada de forma que no estábamos en una residencia para personas válidas como nos podía parecer al principio.  Cuando les dijimos que en España teníamos en las residencias equipos interdisciplinares formados por médicos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, educadores sociales y trabajadores sociales, en una ocasión nos contestaron:  "Así lo hacíamos nosotros en los años setenta.  Después vimos que no son enfermos, son personas que necesitan un sustituto de su hogar y eso es lo que les damos" (ver lo que escribí en 2008 sobre la desprofesionalización de los servicios de atención a mayores)

¿Estaban locos los suecos?  No.  Ese modelo lo he visto casi replicado en Dinamarca y con ciertas variaciones en Alemania y sobre todo en Holanda.    En Alemania, vimos unos pisos compartidos por personas mayores que preferían "algo diferente" que las residencias no les podían ofrecer, como poder fumar (ver lo que escribí en 2010 sobre ese viaje).  Lo más original, hasta el momento, y en mi opinión, ha sido la residencia Akropolis en Rotterdam, donde Hans Becker aplica la cultura del sí en residencias: un lugar donde los residentes pueden, si quieren, fumar y beber alcohol mientras realizan actividades y en el que la "felicidad es el objetivo" (ver vídeo del modelo).  Destaco lo  de fumar porque se trata uno de esos puntos en los que la diferencia entre una institución y un domicilio se hace más patente debido a la intervención administrativa.

Nadie nos dijo en esos países que aplicasen el modelo centrado en la persona o que las residencias fuesen tipo "housing" pero, habiendo leído ahora los libros sobre Atención Centrada en la Persona (ACP) creo que lo que hacían y lo que ahora se está empezando a aplicar en España son cosas bastante parecidas.

En esos países, que vivieron el baby boom unos cuantos años antes que nosotros, las personas que ahora envejecen no aceptan modelos demasiado "institucionalizados" y prefieren algo más parecido a un domicilio.   Los hijos de esas personas también prefieren que sus padres vivan en ese tipo de residencia por lo que al final los centros se han ido adecuando a lo que las personas han ido pidiendo.   En cada país están en un momento diferente pero parece que la tendencia va hacia allí.  Dicho de otra forma, la demanda ha ido cambiando y la oferta se ha adaptado.  Como el sector de la atención residencial a mayores requiere de una gran inversión en infraestructura, la adaptación de los edificios ha tardado pero, en países como Suecia casi todo es ya "como una casa", mientras en otros países "van haciendo".

Llevo un tiempo dándole vueltas a qué es lo que está pasando aquí.

Después de haber leído dos de los libros sobre ACP y documentos sobre DCM, más los programas Liberager y "desatar al anciano", creo que en España vamos a  intentar un cambio de modelo que partirá no de la demanda sino de la oferta.  Quiero decir que vamos a ver cómo en primer lugar un grupo de profetas nos van a decir, cosa que ya está sucediendo, que el modelo de atención que se utiliza en las residencias está obsoleto, resulta poco respetuoso con los derechos de los residentes y es poco ético, por lo que debemos orientarnos hacia otro, más respetuoso con esos derechos y con los principios éticos.  El modelo ya nos lo están ofreciendo y, para alegría de los partidarios del cambio, los primeros adeptos que están encontrando no han sido las propias residencias sino algún servicio de inspección y la propia administración.

En los veintitrés años que llevo trabajando en este sector, si consigo ver el final del proceso, será la segunda vez que veo un cambio de modelo establecido "de arriba a abajo" o sea, generado desde la oferta.

Cuando empecé a trabajar  en 1991 las residencias no estaban obligadas a llevar protocolos, registros ni programas (salvo uno de actividades).  Su documentación obligatoria se centraba en un libro de registro, unos contratos y la documentación relativa a la medicación y los menús.   El personal obligatorio con titulación era un médico o enfermera. Con el tiempo, y a diferentes velocidades en distintas comunidades, se fue imponiendo el modelo que hoy tenemos más extendido que podría llamarse  "el paradigma del plan de intervención".   En este modelo la residencia es una estructura arquitectónica adaptada que se sitúa en un punto intermedio entre un hotel y un hospital, en la que trabajan un grupo de profesionales entre el que destaca el "equipo interdisciplinar" formado por no  menos de cuatro o cinco perfiles profesionales.  Este equipo redacta al ingreso del mayor un plan de intervención individualizado  (PAI o PIAI) en el que aparecen los déficits que presenta la persona y qué se va a hacer en la residencia al respecto.  El centro dispone además de gerocultores con una cualificación profesional y  de toda una serie de protocolos, registros y programas que permite llevar a cabo una gestión de calidad en la atención.

Por supuesto esta es una descripción general.  Existen residencias en las que el propio residente o sus familiares participan en la redacción del PAI, en algunas lo hacen las gerocultoras; algunas cuentan con más personal que otras, con más protocolos o con mejores instalaciones pero, veinte años de cambios normativos, de actuaciones de la inspección y, sobre todo, de imponer este sistema a la hora de concertar plazas, han conseguido que el modelo sea aceptado como el "correcto", "profesional" y de "calidad".

En el modelo que utilizamos hasta ahora cabe la contención de los residentes siempre que se haga dentro de las bases del paradigma, o sea, siempre que intervenga en la decisión un profesional cualificado (el médico) y se haga siguiendo una serie de protocolos (que incluirán el consentimiento de los familiares), anotándose además en el programa individual del residente y en unos registros.   Como todo dentro del modelo basado en el plan de intervención, una contención "deja traza", o sea que puede ser comprobada y evaluada, tanto por el propio equipo como por parte de la inspección.

Precisamente esa es una de las virtudes del modelo.  En una sociedad que desconfía profundamente de los empresarios que se dedican a cuidar a personas mayores, un sistema en el que participan varios profesionales y en el que todo debe anotarse se considera el mejor.  El inspector no tiene necesidad de fiarse de nada: puede comprobar el registro de caídas, ver si los cambios de pañales coinciden con lo que está anotado en el registro de incontinencia, comprobar las actas de la reunión del equipo interdisciplinar y después ver si lo anotado coincide con lo que se ve a simple vista.

El problema del sistema basado en el plan de intervención es que se orienta demasiado hacia la administración y los familiares y no tanto al residente.  O sea, funciona con los mayores y los familiares de hoy, pero difícilmente será el que querremos para nosotros los que ahora tenemos entre 45 y 55 años.

Recuerdo de cuando era inspector una conversación con un residente que compartía habitación con tres hombres más (a principios de los 90 no eran excepcionales las residencias con habitaciones de tres o cuatro camas).  Le pregunté  si no se le antojaba raro eso de compartir su espacio más íntimo.  Su respuesta me ha hecho pensar mucho desde entonces y, a quien haya sido alumno mío le resultará familiar:  "Aquí no paso hambre, frío ni miedo, o sea que no tengo de qué quejarme".

Al hilo de esa anécdota me gustaría hacer un paréntesis y plantear unos casos que suelo utilizar en los cursos y seminarios en que participo. Primero: "Supongamos una residente a quien no le gusta una residencia porque no quiere seguir la dieta pautada, no quiere que la duchen tan a menudo, quiere poder tener su medicación en la habitación y no quiere participar en actividades que no le gustan.  Los hijos de esa señora están contentísimos:  desde que sigue el menú pautado ha mejorado de su enfermedad; desde que la duchan más ya nunca tiene "ese olor"; además se sienten muy felices con el control que lleva la residencia con la medicación y las quejas de su madre sobre las actividades les parecen chiquilladas.  He aquí la pregunta:  ¿Cambiará de residencia esta señora?.   Segunda:  "En la misma residencia hay otra residente que está contentísima.  Le gusta la comida y el orden que ve en la residencia.  Lleva un tiempo y considera que fue un gran acierto venir a vivir al centro.  Sus hijos por el contrario están muy enfadados.  Dos veces han tenido problemas con los recibos, un día se sintieron tratados sin el suficiente respeto por parte de una gerocultora y no se sintieron apoyados por la directora.  Encima, ahora se sienten incómodos cuando van a ver a su madre porque saben que son vistos como "problemáticos".  Están convencidos de que lo mejor es que su madre cambie a otra residencia donde les traten  mejor.  De nuevo, he aquí la pregunta:  ¿Cambiará de residencia esta señora?.

Pido a quien lea esta entrada que responda con sinceridad a las preguntas y después se plantee una
 tercera opción:  una residencia en la que una señora opta por no seguir estrictamente la dieta, no ducharse tan a menudo como sus hijos considerarían adecuado, ella misma tiene la medicación en su habitación (con una discreta supervisión) y sólo realiza actividades que le gustan:  por ejemplo se hace la cama, limpia su propia habitación y participa en un grupo de costura.   Sus hijos están indignados porque les parece que no están pagando porque "no le hagan nada a su madre" pero ella les ha dicho que la dejen tranquila, que ya es mayorcita y que no olviden que ella manda sobre su vida.  Los hijos, apoyados por los profesionales de la residencia,  la entienden, se dan cuenta del error, la apoyan en su decisión y todos quedan felices.

¿Ven posible la tercera opción?  Cuando la mayoría de profesionales, padres e hijos comulguen con ella sólo existirán residencias que apliquen modelos de los que hoy llamamos centrados en la persona.  Hasta que ese día llegue deberán romperse algunos elementos que hoy parecen muy sólidos (en mis clases les llamo "paredes de cristal laminado")


Centrar la atención en la persona, con los modelos que se intentan introducir requiere hacer unos cambios arquitectónicos que acerquen "la residencia" a la "vivienda", o sea, requiere "desinstitucionalizar".    El problema es que llevamos casi treinta años creando normativas para que las residencias sean instituciones:  barandillas, señalizaciones, espacios delimitados para actividades diferentes, anchuras mínimas de pasillos...  Tal como están viendo los defensores del modelo "housing", para poder hacer algo tan sencillo como "humanizar los pasillos", en muchas ocasiones hay que empezar por quitar los pasamanos y poner sofás y  mesitas en los mismos lo que puede suponer incumplir la norma de accesibilidad (barandillas) e incendios (material inflamable en vías de evacuación).

Centrarse la atención en la persona requiere dotar de significado las actividades que realizan los residentes.  Eso implica en muchas ocasiones cocinar o planchar.  Pero que  un residente participe en la elaboración de comida que consumirán otros residentes choca con las normativas de comedores colectivos que se aplica en las residencias y que regula al detalle cómo debe ser el espacio en el que se cocina, quién puede manipular alimentos, etc...

También, el nuevo modelo supone aceptar que la persona tome decisiones cuando tenga la capacidad y la competencia para hacerlo y, lo que resulta más difícil, respetar esas decisiones.

Cuando la persona es razonable y decide lo que todos consideramos como lógico y bueno no hay problema pero ¿Y si la persona es una insensata que reclama su derecho a equivocarse?  Aquí pueden plantearse problemas que hasta ahora se resolvían con la intervención de un equipo interdisciplinar que redacta un Plan con el que están de acuerdo los familiares.  En muchas ocasiones, la intervención de esos profesionales y de la familia son suficientes para que el diabético que no quiere pincharse la insulina o seguir una dieta adecuada acabe haciendo "lo correcto".  El problema es que hay residencias que han visto como la inspección de servicios sociales les abre un expediente sancionador porque algunos residentes no cumplen los menús establecidos, a pesar de que los mismos residentes hayan manifestado su voluntad de incumplir.

Un problema que detecto en el discurso de los profetas de la Atención Centrada en la Persona  (ACP) es que no ponen suficiente énfasis en estas paredes de cristal laminado aunque lo cierto es que la tienen.

En este punto es en el que entran algunos inspectores que, tras acudir a un curso sobre cómo disminuir o evitar el uso de contenciones o, directamente sobre ACP "ven la luz" y empiezan a aconsejar a todas las residencias que visitan a partir de entonces, que se adecuen a los principios del "nuevo modelo".   El problema es que, cuando las residencias empiezan a aplicarlos se encuentran con que chocan con obstáculos establecidos en la propia normativa que el inspector debe comprobar.  Si el inspector decide hacer "la vista gorda" el problema pasará desapercibido pero, salvo que hayan cambiado de verdad las perspectivas de los profesionales, residentes y familiares; el problema continuará allí.  Eso es lo que hace que algunas residencias se preguntan si deben estar centradas en la persona o en el inspector.

Si de verdad queremos que el cambio de modelo sea posible, hay que empezar a pensar en cambiar las normativas.  Y hasta que eso suceda hay que intentar que cambie la perspectiva que todos tenemos de lo que se hace en una residencia.  Tal como he defendido antes, ese cambio se acabará produciendo hagamos lo que hagamos ya que yo no viviré mi vejez igual que la vivió mi abuela.  Pero podemos intentar encauzarlo y, hasta cierto punto acelerarlo.  Para ello, creo que sería bueno que existiese algún modelo que, huyendo de querer obtener el "todo", se plantease cambios pequeños que quepan en la norma de hoy y que comporten poder mantener las estructuras arquitectónicas existentes.  Algo que no requiera que nadie tenga que hacer la vista gorda sino que quienes trabajan hoy con mayores vean al mayor desde otra perspectiva.  Si conseguimos eso, lo otro irá viniendo por sí solo.

Y lo que digo puede ser aplicable a una residencia geriátrica de Madrid, Barcelona, Valencia o de cualquier lugar de España

Autor del post:  Josep de Martí

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

BAJADA DE RATIOS EN RESIDENCIAS: LA REACCIÓN HA TARDADO

En Octubre se anunció que se estaba estudiando una rebaja de ratios en residencias de peresonas mayores. Hace unas semanas, la Generalitat anunció que había llegado a un acuerdo con las patronales del sector geroasistencial para, entre otras cosas, rebajar la dedicación mínima de algunos profesionales de los que se exigen par el cuidado a personas mayores en residencias.  El acuerdo, allá donde se pueda aplicar permitiría reducir las horas de dedicación de estos profesionales pero sin hacer desaparecer del todo la categoría por lo que, algunos fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales o psicólogos verían reducida su jornada.

Se trataba de uno de esos acuerdos que no gustan a nadie pero que se alcanzan porque, en un contexto de congelación de tarifa, suspensión de PEVS y acumulación de deudas, "más valía algo que nada".

Tan poco gustaba el acuerdo, que desde alguna patronal, como Lares (sector benéfico-religioso) dijeron desde el principio que en sus residencias no se aplicaría.  Otros llamaron la atención a su difícil aplicación en residencias pequeñas ya que el convenio colectivo prohibe los contratos por debajo de un mínimo de horas y, en muchos casos, las residencias de menos de unas 50 plazas se encontrarían con perfiles que quedarían por debajo de ese límite.

Abundando en los problemas de aplicación del pacto, muchos llamaron la atención a la dificultad práctica de su aplicación.  No le puedes decir a un profesional que la Generalitat te permite tener menos horas de su perfil por lo que le vas a pasar de jornada completa a 28 horas a la semana y esperar que acepte tranquilamente.  La Ley habla de modificaciones sustanciales del contrato de trabajo y ofrece al trabajador la opción de elegir un despido con 20 días al año de indemnización, todo ello sin contar los costes ocultos en forma de tensión laboral y enrarecimiento del clima laboral.

Me dejo otra cosa, por supuesto, pero voy a ponerlo entre interrogantes:  ¿Supondría una rebaja de ratio como la pactada por el ICASS y las patronales una rebaja en la calidad asistencial de los residentes?

Esa cuestión, que se encuentra en el centro de la polémica la ventila el acuerdo estableciendo que, al no tocarse los ratios de gerocultora, médico ni DUE (enfermería), ni tampoco eliminar perfiles profesionales, la calidad asistencial no se resentirá.

El pacto, hasta hoy no vale demasiado ya que, para que surta efecto hace falta que la Generalitat modifique el Decreto de Cartera de Serveis, cosa que, de momento no ha hecho.

Lo que resultaba extraño hasta ahora era que, los más afectados, o sea, los profesionales que podrían ver sus horas de trabajo reducidas, no dijesen nada.

En principio pensé que el silencio se debía a que habían visto lo difícil que sería aplicar una reducción de jornada a determinados profesionales y habían decidido no darse por aludidos.  Después pensé que quizás darían una respuesta discreta, similar a la que se dio cuando, hace casi dos años, ICASS rebajó en un 8% las ratios de las residencias de discapacitados.  Entonces la respuesta fue tan tímida que yo ni la conocí.

Ahora la respuesta de los colegios profesionales es ésta

Se quejan de no haber sido consultados, de que se incrementará la dependencia, de que existirán modelos diferentes (los centros propios del ICASS, donde no se aplicará la medida, y los privados - concertados y colaboradores- que sí la aplicarán).

Los profesionales entienden la situación económica pero no creen que se deba reducir la calidad asistencial.

Finalmente, como saben que para que el pacto tenga alguna aplicabilidad hace hace falta que se convierta en norma jurídica publicada en el DOGC, piden que sea el Parlamento y no el Gobierno quien tome la medida.

Creo que hay que leer lo que dicen los colegios profesionales y las asociaciones que les apoyan y creo que hay que centrarse en el punto 4 debido a que es aquí donde veo la clave del asunto:

4 . Entendemos perfectamente la situación económica que vive este sector, pero no compartimos una política que perjudicará , sin ningún tipo de duda, la calidad de los tratamientos y los programas de promoción de la autonomía personal que reciben sus usuarios.

Lo siento mucho pero creo que no entienden perfectamente la situación que vive el sector.

Actualmente las residencias para mayores concertadas tienen una tarifa congelada desde hace cuatro años, las residencias colaboradoras han tenido que vivir como una celebración que se les reconozca que llevan años pagando más IVA del que les tocaba, con unas tarifas también congeladas y con un problema muy serio que es el de tener que admitir residentes por los que la Generalitat no pagará hasta dentro de muchos meses.

Encima de esta situación, otras muchas residencias, que hasta ahora acogían a residentes financiados mediante prestaciones económicas vinculadas (PEV) han visto como la Generalitat ha "cerrado el grifo" y las plazas libres han empezado a subir.

Lo que de verdad piden las residencias geriátricas es que la Generalitat ocupe las plazas que tiene comprometidas, pague lo que corresponde y lo pague en un tiempo razonable.

Si la Generalitat no hubiese bloqueado el acceso a las PEVs y las residencias estuvieran cobrando a tiempo, casi nadie plantearía cambios y flexibilizaciones.

El problema es que la situación económica es peor en este sector de lo que parece.  La expectativa si no se toma ninguna medida puede ser que el fisioterapeuta no vea reducida su jornada sino que se vea en la calle porque la residencia haya cerrado.

El temor que manifiestan los colegios profesionales a que acaben existiendo dos modelos, uno el de las residencias públicas gestionadas por la propia administración y otro el de las residencias con plazas financiadas públicamente en residencias de titularidad privada no tiene fundamento: Los dos modelos existen ya desde hace años.  De hecho, hoy por hoy, con lo que gasta la Generalitat en atender a una persona en una residencia pública gestionada por ella misma podría atender a entre dos y tres en una que acoja a beneficiarios de PEV.  Esto nunca ha soliviantado a casi nadie (a mí sí).

El otro problema es que, una medida como esta reducción de ratios, que verdaderamente no va a suponer  en el medio plazo ningún cambio significativo, ya ha empezado a producir un efecto: varios colectivos de profesionales se han sentido ofendidos ofendidos por lo que dicen ver como un agravio y un perjuicio para los residentes.

Esto quiere decir que a la hora de implementar el compromiso adquirido la Generalitat no lo va a tener fácil.

Carmela Fortuny y  Neus Munté tienen la pelota en su tejado.

Autor del post Josep de Martí

miércoles, 20 de noviembre de 2013

AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR

Menudo lío en que me he metido con esto de la bajada del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) de las residencias colaboradoras en Cataluña.

Para centrar las cosas.  El IVA que se paga por residir en una residencia geriátrica oscila entre el cero y el diez por ciento (con un tramo intermedio del 4%) dependiendo de quién preste el servicio (si es una entidad sin ánimo de lucro con reconocimiento de interés social está exenta del IVA),  y del tipo de plaza:

- Si es una plaza privada en una residencia privada paga el 10%.
- Si es una plaza concertada, paga el 4%
- Si es una plaza financiada en parte mediante una Prestación Económica Vinculada (PEV), puede tener un IVA del 10% si la PEV supone menos del 75% del coste total de la plaza o del 4% si es superior.  Como es casi imposible que la PEV suponga más del 75% del total, podemos establecer que las PEV pagan el 10% de IVA.
- Las plazas concertadas, una fórmula existente en Cataluña y que llevan desde 2008 sin cobertura legal pero de las que se benefician  unas 18.000 personas.  Hasta hace pocos días tenían una consideración, a los efectos del IVA igual al de las de PEV.  O sea, dependía su IVA de si la ayuda que recibe el usuario para pagar la residencia era superior o inferior al 75% del total.

Con esta consideración en mente, resulta que la mayoría de las 18.000 plazas colaboradoras estaban pagando un 10% de IVA.

Este tipo de plazas tienen una peculiaridad que hace que el porcentaje de IVA  a que se ven sometidas alcance gran relevancia, me refiero a la consideración que hace la Generalitat según la cual, cuando se establece el precio que pueden cobrar como máximo los prestadores de servicios (las residencias colaboradoras), ese precio es "IVA incluido".

Esa consideración ha supuesto que en las dos últimas subidas de tipo del impuesto (3 puntos en total), las residencias colaboradoras han tenido que asumir ellas el perjuicio económico, perdiendo unos 45 Euros por residente y mes.  Para entendernos:  si te digo que me tienes que seguir cobrando la misma cantidad pero que tienes que pagar más IVA, la única forma de conseguirlo es bajar la base, que es lo que cobras de verdad.

ACRA palnteó hace un año que esto se tenía que cambiar y anunció como una "muy buena noticia" que la Generalitat iba a redactar un informe jurídico para equiparar las plazas colaboradoras con las concertadas de forma que todas ellas pudieran pagar el IVA del 4%.  El plan era que, con ese informe en la mano, ACRA presentaría una consulta vinculante a Hacienda y ellos confirmarían la bajada del IVA.

Reconozco que entonces, tal como escribí, no me lo creí.  Me pareció que no era factible ya que la Ley del IVA era muy clara y no lo permitía.

Cuando se anunció que la Generalitat tenía preparado el informe, volví a expresar mis dudas.

Y ha pasado un año desde entonces.

Confieso que pensaba que todo había quedado muerto.  Por eso, cuando ACRA anunció que tenían la respuesta a su consulta a la Agencia Tributaria y que el IVA de las plazas colaboradoras tenía que ser del 4%, pensé que, no sólo tenía que dar la noticia por ser muy positiva para muchas residencias sino que, después de haber dudado tanto que se pudiera conseguir, tenía que hacerlo de una forma en la que ACRA quedase muy bien.  Así, para dar relevancia al asunto escribí que ACRA informaba de bajaba el "IVA incluido" de las plazas en residencias de tercera edad colaboradoras destacando que esta medida suponía un ingreso adicional de unos 90 Euros al mes por residente. Además felicité personalmente a su presidenta y a su directora general.   Eso de haber anunciado la bajada del "IVA incluido" no gustó mucho pero para mí allí está la clave ya que al final, lo que quedará la la consulta es que las residencias colaboradoras podrán cobrar algo más.

El problema empezó el mismo día cuando una residencia que había recibido la circular enviada me llamó y me dijo que su gestor le pedía que le dijese dónde decía exactamente el documento de Hacienda que el IVA de las colaboradoras,  tenía que ser el 4%.

Cuando leí en detalle la respuesta que Hacienda daba a la consulta, me empezó a invadir la duda.

Al cabo de un rato empecé a recibir y a hacer llamadas que me llevaron a tratar el tema con varias residencias, patronales y abogados.  En el fondo me parecía que quién hubiese planteado la consulta y explicado la respuesta tenía que estar muy seguro antes de hacerla pública, pero pensé que recabar la información de varias personas era lo correcto.

Entonces me di cuenta de que la derrota es huérfana pero la victoria tiene mil padres.  Parece que había a quién le había molestado que plantease la noticia como un éxito de ACRA.

Pasé un día y medio oscilando entre la duda y la seguridad hasta que ACAD, una patronal que no considero sospechosa de querer alentar los éxitos de ACRA, dijo en público que la interpretación del 4% era correcta;  que lo habían hablado con un cargo de la Agencia Tributaria y se lo había confirmado.

Cuando supe eso volví a felicitar a ACRA  diciéndoles que las dudas se habían disipado. Creo que mi segunda felicitación  les confundió ya que quizás no habían compartido mis reservas y consideraron raro que hubiera ido recabando opiniones de otros.  Total, que ante ellos quedo como un desconfiado.

Mis felicitaciones tampoco gustaron a Upimir.  Eso lo deduzco de la intervención en el foro de Inforesidencias.com  (entradas 1148 y 1150) que hizo su presidente:  "Apreciado Josep Los socios de UPIMIR hace mas de un año que siguiendo nuestras instrucciones aplican un 4 % de IVA a tales plazas. La consulta vinculante aun siendo importante no arroja ninguna novedad sobre lo que se dijo en su dia por ello gracias a la informacion facilitada por UPIMIR decenas de centros se han beneficiado de no perder el 6 % que muchos con seguridad no podran recuperar. Si alguien tiene interes podemos pasarle la circular al respecto que se envio en su dia tras solicitar a ICASS dep. Juridico un informe del tratamiento administrativo de tales plazas y hacernos ver que eran a todos los efectos de la "xarxa publica" Al Cesar lo que es del Cesar. Un abrazo amigo".

La verdad es que no sabía que existía una información de Upimir a su socios en ese sentido y, como parece que siempre me equivoco cuando hablo del IVA, me volveré a equivocar ahora:  Creo que recomendar la aplicación del  4% basándose en un informe que decía claramente que no tenía efectos tributarios, fue algo arriesgado.  Recuerdo que el informe jurídico empieza diciendo esto: La Asesoría Jurídica elabora esta nota únicamente en cuanto a la consideración de las plazas de las entidades colaboradoras de los Programas de servicios sociales del Departamento de Bienestar Social y Familia (ICASS) como plazas de la Red de servicios sociales de atención pública, pero no se pronuncia sobre cuestiones de fiscalidad, considerando que estamos hablando de un impuesto regulado por el del Estado y, el Departamento de Bienestar y Familia no dispone de competencias en materia tributaria. Y deja para el final la siguiente frase   Para aquellas otras cuestiones que tengan incidencia fiscal esta Asesoría Jurídica sugiere que se formule la oportuna consulta a la Administración competente en materia tributaria como son el Departamento de Economía y Conocimiento o la Dirección General de Tributos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y / o la Agencia Tributaria.

Total que para ACRA puedo quedar como un desconfiado y para Upimir como un poco documentado.

Pero, ¿saben qué?  Yo aquí no pinto nada.  Las cosas pequeñas se olvidarán en pocos días y lo que quedará es que las plazas colaboradoras, todas, y de forma segura podrán aplicar el tipo del 4%.  Así  que, a partir de ahora podrán ingresar unos 90 Euros más al mes por residente.  Además, podrán reclamar que Hacienda les devuelva lo que han pagado de más durante los últimos meses (queda por definir cuántos).

Eso es una muy buena noticia y guste o no, ha sido ACRA la que lo ha promovido por lo que merecen ser reconocidos.






miércoles, 13 de noviembre de 2013

BAJADA DE RATIOS EN CATALUÑA. MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES (AUNQUE ALGUNA)

Es un hecho que la Generalitat de Catalunya tarda en pagar a los prestadores privados con quiénes contrata la atención de personas mayores dependientes en residencias y centros de día.

Por un lado, debe la parte correspondiente a Mayo de 2012 que debía haber pagado en Julio, algo que quizás resolverá pronto. Por otro, tramita tan lentamente los PIAs, que algunos centros colaboradores tardan seis meses o más en recibir el primer pago tras haber ingresado a un mayor beneficiario de ayuda pública.

En Agosto, ICASS empeoró las cosas al suspender la tramitación de nuevas prestaciones económicas vinculadas y, como guinda está "recalculando copagos" de usuarios dependientes que llevan tiempo ingresados en una residencia de mayores de la siguiente forma:   Si resulta que una residente ha pagado menos de lo que le correspondía (porque quizás "olvidó" comunicar que cobraba una pensión de viudedad), ICASS calcula lo que ha dejado de pagar y le dice a la residencia, La Sra. X ha pagado durante los últimos tiempos 3.452 Euros menos de los que le correspondían, en la próxima nómina que te envíe te restaré esa cantidad, tú ya se la reclamarás a ella.

El sector de las residencias está así en una situación más cercana a la depresión que a la ira.

Pero sería injusto decir que todo lo que hace la Generalitat es negativo.  Se le da muy bien hablar de flexibilización y confianza, de hecho lleva mucho tiempo haciéndolo (miren esto de hace justo un año) y, tanto Cleries como Munté saben, con palabras, agradar.

Ahora, después de muchos anuncios y negociaciones, ha llegado el momento de concretar a qué se refieren con eso de la flexibilización.

ICASS, personificada en su directora general y en un séquito de cuatro subdirectores generales,  se ha reunido en varias ocasiones con altos representantes de las asociaciones patronales y finalmente han alcanzado un acuerdo.  Lo han firmado y lo han difundido. O sea, que havemus pactum.

Pero el pacto que tenemos es sólo eso, un pacto que para surtir algún efecto necesita que la Generalitat se ponga a trabajar, modifique el Decreto de Cartera de Serveis para cambiar las ratios, establezca algún sistema tangible de exigencia de pago a los usuarios de su aportación e inicie un sistema nuevo de concertación que, manteniendo los principios de igualdad y concurrencia, permita concertar las plazas de colaboración.  Aunque pueda parecer poca cosa, puede convertirse en una labor titánica.

Como el acuerdo tiene mucho de ruido pero (hoy por hoy) poco de nueces, alguien parece haber decidido cubrirlo de oropeles y florituras verbales que le den más consistencia.

Así, los amantes del lenguaje artificialmente retorcido, pasarán un rato extraordinario leyendo frases como éstas:

"Se ha optado por hacer una reducción ponderada de la dedicación de las categorías profesionales que tienen una intensidad de intervención directa sobre el usuario inversamente proporcional a su nivel de dependencia.  La dedicación  de las categorías profesionales que tienen una intervención directa sobre el usuario directamente proporcional a su nivel de dependencia (gerocultores, médicos, y diplomados en enfermería) se mantiene inalterado".

"Entendiendo este sector como una red de establecimientos con realidades y dimensionamientos muy plurales, la voluntad de su aplicabilidad, en aquellos servicios con menos margen de actuación será abordada de forma conjunta".

(Groucho, ¿Estás ahí?)

Si despojamos al texto de lo sobrante esto es lo que queda:

- De momento, en el día a día de las residencias todo sigue igual.
- La Generalitat se compromete a publicar un Decreto que modifique las ratios de las residencias concertadas, colaboradoras, acreditadas PEV y gestionadas.  La modificación supondrá reducir la dedicación mínima de algunos profesionales sin hacer desaparecer ningún perfil.

La cosa queda así:

Horas  mínimas de dediación anual por residente según nivel de dependencia

Actual
Nueva
Disminució %
Niveles I II III II III
II III
Fisioterapeuta
17
35
35

20
15

-42,86%
-57,14%
T. Social
17
17
17

12
12

-29,41%
-29,41%
T. Ocup.
0
5
17

5
9

0,00%
-47,06%
E. Social
17
17
17

10
10

-41,18%
-41,18%
Psicoleg
0
17
17

10
10

-41,18%
-41,18%

Ya está, no hay nada más.

Bueno, hay cosas, por ejemplo, el acuerdo dice que la Generalitat ha elaborado un protocolo para ayudar a las residencias a cobrar lo que dejen de pagar los usuarios en concepto de copago, llegando a asumir ICASS la parte no pagada mientras dure el proceso de reclamación.  Si el protocolo ya está hecho el acuerdo no aporta nada, sólo tienen que aplicarlo.

Otro de los puntos trata la priorización del pago de los servicios a la dependencia, un compromiso vacío que se somete a "la medida en que las disponibilidades presupuestarias lo permitan".  Buenas palabras y poco más.

El acuerdo también habla de convertir las plazas colaboradoras en concertadas pero lo fía tan largo que se queda en agua de borrajas.   Dice que en 2014 se va a "trabajar" y se materializará en 2015.   Cuando algo se compromete a tan largo plazo pierde valor.  ¿Alguien recuerda esta noticia de 2010?, ¿Alguien recuerda al Conseller Cleries prometiendo la concertación de 5.000 plazas hace ahora un año?

Insisto en que debemos quitar los adornos que no aportan nada. Pero una vez fuera estos me gustaría felicitar al ICASS y a Benestar Social, por el primer paso, aunque tímido, en la flexibilización que han dado.

He hablado con tres de las organizaciones que han firmado por el lado patronal.  Las tres me dicen que no están contentas con el pacto, que más que flexibilización es una bajada de ratios, pero que lo han firmado porque han visto "algo" en la actitud de la Generalitat que les ha llevado a dar este voto de confianza.

El motivo por el que no están demasiado contentas es porque, en la práctica, las residencias de ancianos que lleven a cabo la rebaja, en los términos establecidos, obtendrán una disminución de costes no demasiado importante y pagando un coste en conflictividad que está por descubrir.  Hubiesen preferido el establecimiento de una ratio global y libertad para conformar el equipo de profesionales según sus necesidades y criterios.

Sea como sea, las Sras. Munté y Fortuny han asumido el compromiso de transformar el pacto en DOGC ya que si no lo hacen se convertirá en papel mojado.   En el proceso ambas tienen ante sí un reto importantísimo ante el que merecen apoyo.

Ojalá hubieran afrontado con más valentía la flexibilización o hubiesen abierto la negociación de un nuevo modelo basado en la libertad de elección por parte del beneficiario entre todos los recursos existentes. Pero, si esto lo ven bien seis asociaciones patronales, alguna virtud tendrá.

sábado, 26 de octubre de 2013

GALICIA DESCUBRE LA TELEASISTENCIA

Una noticia aparecida en el periódico el Faro de Vigo de 25 de octubre de 2013 llama la atención.  El ttular es que la Xunta controlará a los mayores en casa para evitar internarlos en residencias".

La novedosa idea es fomentar el autocuidado en casa del mayor instalando alguna tecnología como sensores, que los mayores tengan una tablet y utilicen la smart TV o tengan unos conectores gps.   De esta manera pueden estar en contacto con una central desde la cual pueden "controlarlos" (es la palabra que utiliza el artículo).  Todo ello con una finalidad, evitar los ingresos en residencias de ancianos a personas que realmente no lo necesitan.

Unas líneas más abajo la noticia dice "además de la plataforma de teleasistencia...".  O sea que lo que describe la noticia es eso, una teleasistencia con más sensores y más posibilidades de interacción entre la central de llamadas y la persona mayor.  Claro, si se le llama "monitorización en tiempo real del domicilio" parece otra cosa.

No dudo que la teleasistencia es una buena herramienta para personas mayores parcialmente dependientes que, más que atención constante necesitan seguridad ya que tienen miedo de estar solas y que les pase algo.   Para esas personas cualquier teleasistencia, aunque sólo sea la de la pulsera/medallón con el pulsador, ya es un avance que cumple su objetivo.  Si además hay sensores de movimiento u otras medidas tecnológicas (sensores que saben si se ha abierto la nevera, utilizado el baño o uno se ha levantado de la cama), mejor, aunque más caro.  Si encima se les da una tablet, smart tv y sensores gps...   Entonces no lo sé.  Y digo que no lo sé porque llevo bastantes años oyendo hablar de cómo la teleasistencia "supertecnológica" se iba a ir imponiendo y no lo he visto suceder.

Por otro lado, eso de que poner más teleasistencia evita que las personas mayores vayan a las residencias es una pamplina.  Lo expliqué en 2009 en una entrada del blog titulada "Teleasistencia para todos", cuatro años después, recomiendo una re-lectura.

Me alegro mucho de que en Galicia vayan a promover la teleasistencia.  Dudo que con ello acaben rebajando la demanda de residencias.  A ver si me envían alguna fotografía de uno de estos mayores haciendo ejercicio ante su smart tv.

lunes, 21 de octubre de 2013

DECISIONES Y CONSECUENCIAS EN ASTURIAS

Leo en la Voz de Avilés de 21 de octubre que en Asturias inauguran una residencia pública que gestionará directamente la administración a través del organismo público Establecimientos Residenciales de Asturias (ERA).

La noticia menciona que la nueva residencia, situada en El Nodo, tendrá 148 residentes y 30 plazas de centro de día.  Que ha costado 4,9 millones de euros y ha tardado tres años en ser construida.  Que la construyó FCC y la amuebló El Corte Inglés, por  206.780 Euros.

¿Saben que es lo que leo por ningún sitio?  Qué va a costarle al Principado gestionar directamente la residencia y qué habría costado sacar a concurso la gestión o cederla a una empresa y concertar las plazas.

Es una información importante ya que el gasto importante en una residencia no está en la construcción y el equipamiento sino en su funcionamiento posterior.

Vamos a sacar la calculadora:

Si hacemos caso de Lares, que recientemente ha publicado su Mapa de situación de la Dependencia, en el que analiza la situación de impagos en diferentes comunidades, cuando en Asturias conciertan una plaza en una residencia privada pagan 1.266,33 Euros al mes.  Por lo que, concertar las 148 plazas de residencia le costaría unos 2.350.000 Euros al año.  No sé por cuánto conciertan en Asturias las plazas de centro de día pero, sólo por imaginar, voy a suponer que lo que le costaría en este caso sería nulo ya que a la cantidad que pagaría habría que deducir el copago que realiza el usuario.

O sea, que si el gobierno autonómico hubiese optado por establecer un sistema de concertación en vez de construir ella, con lo que ha gastado en El Nodo, podría haber mantenido a 148 usuarios dos años.

Por otro lado, sabemos cuánto le habría costado concertar pero, ¿Cuánto le costará a la propia ERA gestionar la residencia?  Eso no aparece en la noticia y quizás sí debería aparecer.

Llevo mucho tiempo defendiendo que debe existir transparencia y claridad en los costes de los servicios públicos.  Sólo así se puede compartir y se pueden pedir responsabilidades a quiénes toman las decisiones.

Digamos, por un suponer que al ERA le cuesta la plaza 2.000 Euros al mes.  La diferencia entre el precio de concertación y el de gestión directa irá generando un "déficit" que se irá acumulando.  Un día Asturias tendrá que tomar decisiones dolorosas o pedirá un fondo especial para pagar su ineficiente decisión.  ¿Alguien pensará entonces que ese déficit se habrá generado por una decisión incorrecta tomada ahora?

Sólo espero que cuando ese momento llegue alguien vea este blog y se dé cuenta de que la cosa no era inevitable.

viernes, 18 de octubre de 2013

FLEXIBILIZAR EN RESIDENCIAS. POR DÓNDE

Las comunidades autónomas siguen "retocando" los precios de concertación de plazas en residencias asistidas.  A veces rebajándolos directamente;  otras, valorando de forma más concienzuda a los dependientes de forma que los que hasta hace unos años habrían sido considerados "grandes dependientes" ahora lo sean sólo como "dependientes severos", o una combinación de ambas cosas. Mientras tanto, otra parte de la ecuación, o sea, lo que las residencias pagan a los trabajadores, ha subido de forma considerable durante los últimos años.

Este gráfico lo he sacado de la web de Comisiones Obreras, o sea, no es una invención mía:


No es original ya que lo puse en otro post en este blog en 2011, y pone de manifiesto cómo ha subido en los últimos años el salario del sector de la dependencia frente a la inflación debido a cómo se han negociado los convenios colectivos de la dependencia en épocas de vacas menos flacas.  Para ser justos hay que decir que el gráfico acaba en 2010 y que en los tres últimos años la tendencia ha cambiado.  Si alguien tiene el gráfico actualizado lo colgaré encantado.

Si la administración congela o baja los precios de concertación, hay más plazas libres en residencias geriátricas que hace unos años,  y bajan los precios privados de las residencias, el sector tiene un problema.  Si además una parte de la facturación se cobra tarde debido a los atrasos en los pagos por parte de las administraciones;  a la bajada de facturación se le une una constante tensión de tesorería.

Lo lógico en estos casos es intentar reducir costes, retrasar pagos y aumentar ingresos.

Muchas residencias han recortado en lo que han podido: han renegociado alquileres, han presionado para que sus proveedores les rebajen precios y acepten pagos atrasados.  En momentos de máxima tensión han dejado de pagar alguna paga extra pero, poco más han podido hacer.

El capítulo más importante dentro de la cuenta de resultados de una residencia es el de personal, eso quiere decir que, una residencia que, de verdad quiera reducir sus costes tiene dos opciones:  reducir el número de empleados o reducir el salario a los existentes.

El número de personas que trabaja en una residencia geriátrica viene marcado por un mínimo que establece la administración y por el nivel de atención que preste el establecimiento.  Existe una relación clara entre el número de "horas trabajadas" y atención que reciben los residentes (digo "horas trabajadas" y no número de personas para descontar el efecto del absentismo).  Por eso, en muchos casos resultará casi imposible reducir el número de personal, sobre todo si son gerocultores, sin que se vea afectada la calidad asistencial (Ofrecer la posibilidad de disfrutar de una adecuada calidad de vida a los residentes es una de las pocas cosas verdaderamente innegociables).

Existe la posibilidad de rebajar la dedicación de los profesionales que exige la normativa de acreditación (varía de una comunidad a otra pero suelen ser: médico, enfermería, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, psicólogo, educador social y trabajador social) manteniendo la presencia de todos los perfiles (o sea, reducir "alguna hora" de terapeuta ocupacional o de psicólogo pero manteniendo un mínimo de horas para cada perfil).  El problema es que esas reducciones difícilmente suponen por sí solas un aligeramiento importante de los costes.  Además, resultaría ridículo considerar adecuado que una residencia de cincuenta plazas tuviese, por ejemplo, dos horas a la semana de terapeuta ocupacional "únicamente para cumplir la ratio".

O sea, que al igual que cuando el gobierno se plantea la reducción de costes, la rebaja salarial se acaba mostrando como la medida más efectiva y rápida.

Sé que es terrible hacerlo ya que los salarios que hay en la actualidad son bajos aunque hayan subido por encima de la inflación durante más de diez años.  Si alguien quiere leer lo que piensan los que serían receptores de la rebaja de salario sólo tiene que ir a una entrada del blog de Enero de 2011 titulada "¿Qué pasa con las tablas salariales de 2011?" y bajar hasta las opiniones de los visitantes:

"900 euros con pagas extras incluidas"
"Ahhhh tampoco pagan la subida correspondiente en convenio ni atrasos por la aplicación del convenio que me digan a mi como se vive con 900 euros y trabajando festivos y fines de semana"
"Este mes he cobrado 820 euros. Me quitan un 11,5% de IRPF. Estoy separada y con tres hijos."

Son frases reales que dejan bien claro que la rebaja de salarios que estoy propugnando  estaría recayendo en personas a las que ya hoy les cuesta mucho llegar a final de mes. O sea, que, sólo debería adoptarse si no hay otra solución mejor o menos mala.

Pensemos en algunas:

La más fácil es "No hacer nada, a ver qué pasa".

La opción anterior tiene variantes como "Vamos a consensuar entre todos" o "Creemos una comisión".  Al final se obtienen los mismos resultados que con la primera pero durante un tiempo parece que se hace algo y a veces "lo que pasa" es que da la sensación de que el problema se "está resolviendo".

El problema de las opciones anteriores es que no suelen funcionar y sólo empeoran las cosas de forma que, cuando al final hay que tomar alguna medida real ésta resulta aún más dolorosa.  (¿Qué hubiese pasado si algunas políticas de 2013 se hubiesen tomado hace cuatro?)

Otra es considerar que los propietarios de las residencias han ganado mucho dinero en el pasado por lo que ahora les toca "sufrir un poco".  Quien defienda esa opción puede pensar que los empresarios deberían endeudarse para pasar la mala racha sin tocar las condiciones de los trabajadores y, cuando las cosas vuelvan a ir bien, ya recuperará lo que ahora haya perdido.  El problema es que, incluso si quisiéramos aceptarla tenemos el problema de que las residencias no encuentran quién les deje el dinero para "pasar la tempestad".  Es más, muchas ya se han endeudado en condiciones onerosas y ahora deben contar entre sus gastos la carga financiera.  Yo creo que este es el escenario con el que trabaja la administración.  Saben que los empresarios de la atención a personas mayores lucharán con uñas y dientes para mantener las residencias. Saben que los residentes y sus familiares están bien cuidados y no querrán irse, por eso van atrasando la toma de decisiones.

Algo aún más radical es cerrar las residencias, despedir a todo el mundo, pagar lo que se pueda y... adiós.   Esta opción también tiene variantes como "malvender" sólo para quitarse de en medio y dejar la patata caliente de los alquileres y nóminas al siguiente.

La opción "cierre" que ya se han visto obligadas a tomar un buen número de residencias supone que los empleados se quedan en el paro tras cobrar una indemnización de 20 días por año trabajado, más una prestación de desempleo del 70% de la base reguladora.  Los residentes vuelven a sus casas y, quizás los beneficiarios de ayudas públicas empiezan a cobrar la "paguilla de la dependencia" en forma de prestación para el cuidador no profesional.

Viendo que ninguna alternativa es "buena" y, poniéndome en la piel de alguien que, como quien opinó en este blog, gana 900 Euros al mes trabajando algunas veces de noche y en fines de semana, me pregunto ¿Preferiría aceptar una rebaja del salario de 10% con un compromiso de mantenimiento del puesto de trabajo y de la jornada completa o ir al paro con la indemnización y la prestación durante unos meses?

Sé que es una pregunta perversa ya que consiste en obligar a elegir entre dos proposiciones negativas, pero es posible que tengamos que plantearla.

Seguro que me dejo algo, por lo que ruego a quiénes lean este post que opinen sin reservas. También, aunque he hablado con unos cuantos directores de residencia, me encantaría saber si lo que digo no tiene lógica por algún motivo.

Me encantaría que mi próximo post vaya sobre lo equivocado que estaba al escribir éste pero me temo que no será así.

Autor del post Josep de Martí

lunes, 14 de octubre de 2013

BLOGUISTA INVITADO: JOSÉ ANTONIO RABADÁN. COCA COLA CON CALCIO

José Antonio Rabadán es, además de director de clientes y comunicación del grupo Novaire, un buen amigo.

Durante los últimos años hemos compartido mesa (tanto desde la perspectiva gastronómica como conferencística) en varias ocasiones.  He leído varias aportaciones suyas en el blog de Novaire y en las ediciones recopilatorias de fotografías sobre mayores que organizan y van ya por su segunda edición.

Me encanta contar con él como bloguista invitado tratando de una cuestión que, sin duda, va a adquirir relevancia durante los próximos años:  el papel de las personas mayores como definidoras de las tendencias de comsumo y no sólo referidas a residencias geriátricas, centros de día o servicios para la tercera edad.

Gracias, José Antonio per esta "Coca cola con calcio":

Los días internacionales son una especie de recordatorios en nuestras agendas que nos hacen mantener despierto el interés sobre un colectivo, enfermedad o causa solidaria, y generalmente la necesidad de atención y reconocimiento sobre ellos. Una vez al año no hace daño y debería ser suficiente para plantar la semilla en nuestra consciencia de buenas intenciones perdurables más allá de esas veinticuatro horas. Evidentemente no lo consiguen. Hoy le toca el día a las personas mayores.Ojo, no confundir con el día de los abuelos que se celebra el veintiséis de julio.

La población mundial mayor de sesenta y cinco años pasará de unos quinientos millones a mil quinientos en el 2050. En España será de más de quince millones. Este incremento supondrá una revolución demográfica que conllevará cambios de gran calado en nuestra sociedad. El envejecimiento de la población, tan predecible hoy y a la vez tan ignorado, plantea retos a los que hoy dificilmente se dan respuestas dignas de mención y que no sean burdos recortes en materia de pensiones, dependencia y cobertura sanitaria. Más bien este fenómeno se percibe como un tsunami inexorable al que tendrá que enfrentarse los gobernantes del 2030, sin haberse realizado el más mínimo esfuerzo de previsión y reestructuración social y estatal medianamente serio y coherente.
Además, el aumento de la esperanza de vida dará lugar a un incremento proporcional de personas mayores en situación de dependencia y casos de demencias como la enfermedad de Alzheimer, ya que el riesgo se incrementa exponencialmente con la edad. Se estima que una de cada tres personas mayores de 85 años sufren deterioro cognitivo, por lo que si proyectamos las previsiones demográficas nos encontraremos ante una falta de recursos para poder atender a esta población dignamente, una situación difícilmente soportable con los esquemas actuales de políticas en sanidad, servicios sociales y financiación.

Pero a la vez esta revolución silenciosa nos brinda enormes oportunidades. Las personas mayores van a desempeñar un papel cada vez más importante en nuestra sociedad, hasta convertirse en el principal grupo de presión y colectivo de consumo. Realizando trabajo de carácter voluntario y, cada vez más, como una fuerza laboral remunerada y que todavía está por tangibilizar. Y como soporte familiar, ante un modelo de familia en crisis y vía de extinción (segunda transición demográfica), transmitiendo valores y experiencia, y cuidando de familiares en situación de dependencia. Curiosamente el tiempo dedicado a esta tarea (especialmente llevada a cabo por mujeres mayores) se incrementa con la edad de la persona cuidadora.

Esta transformación de la sociedad afectará a cada uno de nosotros, a todos los colectivos y a todas las áreas de gobierno, prácticamente sin excepción. Por este motivo las medidas políticas en general, y las actitudes ante el envejecimiento en particular, deben de evolucionar para dejar atrás el modelo actual. Un modelo creado en el siglo XX y que no es válido ya en el  actual. Este es nuestro gran reto.
Desde la administración pública generalmente se tiende a ver a este colectivo desde una perspectiva asistencialista y también en ocasiones, paternalista. La asociación entre vejez y dependencia está arraigada en todas sus estructuras y es algo que hay que empezar a disociar debidamente en un colectivo tan amplio y heterogéneo. En definitiva no se traza desde arriba el debido empoderamiento del colectivo, reduciéndose a testimoniales asociaciones su presencia en nuestra sociedad, ignorando que serán el grupo con más influencia política, económica y social.

También desde el mundo empresarial, necesitado más que nunca de nuevas oportunidades, se deja de lado este potencial. Aunque en el último año hemos visto que se han realizado iniciativas con más o menos fortuna y acierto: desde el aclamado anuncio “Empieza algo nuevo” de Ikea (réplica del de congelados La Sirena de hace un par de años), hasta el estrepitoso desatino del spot de Campofrío “Cuida-T +”, muestra de la visión estereotipada de las personas mayores que reproducen los medios de comunicación. También desde el mundo de la televisión se están subiendo a la ola: “Los mayores gamberros” en Antena 3 y el próximo programa musical de la primera que promete arrasar audiencias, “Generación rock” (el OT de personas mayores) secuela del fenómeno cinematográfico “Corazones Rebeldes” de Stephen Walker del año 2007. Ambos proyectos me ofrecen dudas sobre su credibilidad y enfoque.

Es evidente que en nuestro mundo real no se está haciendo ningún proyecto que dirija certeramente su objetivo sobre este colectivo.  No encontramos calzado dirigido a personas mayores de sesenta, o de setenta, ni espacios ni productos en el súper para cubrir las necesidades específicas de esta población y que no sean productos de farmacia u ortopedia, ni electrodomésticos adaptados mínimamente a sus necesidades. Y esto no es discriminación positiva: es simplemente adaptar la oferta a la demanda y normalizarla. Como siempre, serán los americanos quien nos enseñen el camino e inventen (apúntenlo) la coca-cola con calcio, o con el mineral o vitamina correspondiente. Igual que lo hicieron con la light o zero. Y entonces nos daremos cuenta de que es posible innovar y diseñar productos específicos para personas mayores.


La celebración de este primero de octubre por tanto, debería ser el argumento para reivindicar este cambio de percepción necesario para este gran colectivo, dejando atrás esquemas obsoletos que se ven reflejados en cada una de nuestras capas sociales y no servir como pretexto festivo para encandilarlo con una comida y baile al ritmo del pasodoble de Suspiros de España; ellos ya están en otra historia. Y bajo ese nuevo paradigma crear nuevos esquemas que conjuguen un desarrollo económico y social con un mayor respeto y consideración con las personas mayores, sin volver a caer en el manido baboseo,  integrándolos realmente en los tejidos sociales y productivos, promoviendo normativamente sus derechos y también, sus obligaciones. 

lunes, 7 de octubre de 2013

HIBERNATUS

Hay un tiempo en mi vida marcado por el cine.  Entre los ocho y los doce años las tardes de los domingos eran para ir con mi hermano mayor a una sesión doble.  El rito empezaba por la mañana cuando, después de Misa íbamos a ver qué películas pondrían por la tarde.  Examinábamos detalladamente el cartel y las fotos y,  si "echaban" una de guerra o de romanos estábamos contentos, si era "de amor", chascados. No sé exactamente por qué lo hacíamos ya que el "qué echasen" no era relevante.  Fuera lo que fuese, iríamos.

De ese tiempo se me han quedado algunas películas en la memoria que ahora rebrotan ante determinadas circunstancias.

Así, estos días, a raíz de haber recibido el mensaje de una residencia no hago más que pensar en Hibernatus, una película de 1969 protagonizada por Louis de Funes en la que un explorador que lleva muchos años enterrado en hielo es rescatado y resucitado.  La película explota las reacciones de alguien que despierta en un mundo que ha cambiado por completo.

Se me ocurre que alguien podría hacer un remake de Hibernatus y le propongo un argumento más actual y con un toque geroasistencial:

Me imagino a una mujer de mediana edad, empresaria, propietaria de una residencia geriátrica de cien plazas que en 2008 mientras está tranquilamente en su casa sufre un desfallecimiento y cae inconsciente.  Una sucesión de imágenes (ambulancia, hospital, médico hablando con marido abatido, mujer en cama, hijos que se hacen mayores, más mujer en cama) nos dan a entender que no ha recuperado la consciencia y que ha pasado unos años en algo parecido a un coma.

Pero, como es una película, la mujer despierta.

Imaginémonos ahora la escena en la que ella, aún desmejorada está sentada con cara de preocupación en un despacho.  En la mesa, un hombre con un Ipad y unos cuantos papeles le está dando una información ante la que ella se muestra incrédula.

Ella: ¿Cómo que ya no va tan bien?  Pero, ¿No dices que la residencia está casi a plena ocupación y seguimos teniendo setenta plazas de colaboración?

Él: Es que muchas cosas han cambiado desde 2008.

Ella:  Sí, ya me han dicho que lo de la crisis acabó siendo verdad. Pero, la residencia está llena.. y además, ¿No está lo de la Ley de Dependencia?

Él:   Sí, está casi llena pero, si me escuchas entenderás:   Lo que nos paga la administración por atender a los mayores financiados se ha mantenido congelado durante estos últimos años.  Encima han empezado a valorar a los residentes de forma más restrictiva con lo que, en la práctica nos pagan menos.

Ella: ¿La administración no ha subido el precio en cinco años? ¿Y los privados?

Él:  Por allí no se arregla la cosa.  Hace unos cuatro años, muchos de los que pagaban como usuario privado pasaron a "plaza pública" con lo que tuvimos que bajarles la cuota.  Después la competencia y la crisis nos obligaron a bajar el precio privado ya que si no no conseguíamos ocupar las plazas. Total que hoy los usuarios privados nos pagan lo mismo que hace cinco años. Bueno, un poco menos ya que nosotros asumimos una de las dos subidas del IVA para que no hubiese una desbandada.

Ella:  ¿Dos subidas del IVA?

Él: Sí.  La primera del 7% al 8% en 2010 y después otra hasta el 10%.

Ella:  Claro, con eso el precio les parece más caro a los clientes aunque para nosotros el IVA es neutro porque lo repercutimos, ¿No?.

Él:  No, no fue así.  Es que tengo tantas cosas que contarte....  Aunque a los clientes privados el IVA les supuso un incremento la primera vez, la segunda decidimos no aplicárselo del todo y asumir nosotros una parte. Con los públicos fue diferente.  A los que tienen concierto el IVA les bajó del 7 al 4% y esto sí tuvo efecto neutro, pero a los de plazas colaboradoras nos obligaron a asumir nosotros la subida con lo que la broma nos ha costado un 3% de nuestra facturación pública, o sea que, entre públicos y privados nos costó más o menos un 2,2% de la facturación total.

Ella:  Pero, ¿eso no es ilegal?.  Es que me parece una pasada.  Me acuerdo perfectamente que los políticos decían que éramos un sector que iba a crear 300.000 puestos de trabajo.  Nosotros mismos hemos contratado a mucha gente.  Es cierto que a cambio nos dan bonificaciones en las cuotas de la seguridad social pero...

Él:  Espera, no sigas.  Las bonificaciones también nos las han quitado.

Ella:  ¿Pero es posible?

Él:  Sí, y calcula que esto se nos come casi otro 3% de nuestra facturación.

Déjame que te explique varias cosas que han pasado:

El IPC desde 2008 a 2013 ha subido un 10,2%, eso quiere decir que nos han subido la comida, el alquiler, así como todos los suministros.  Como lo que cobramos a los residentes y a la administración no ha subido en proporción, todo eso que hemos perdido.  Nuestro problema, además ha sido que la luz, el agua y el gas han subido muy por encima de la inflación.  Imagínate, sólo lo que han incrementado los suministros en estos cinco años se nos lleva el 3,6% de nuestra facturación anual.

Por otro lado, como el convenio colectivo que hemos aplicado hasta hace cuatro días se pactó en época de vacas gordas, hemos tenido que subir el salario a los empleados en un 8% durante tu ausencia.  Eso equivale al 5% de nuestra facturación.

Y aún hay más: La administración en estos años ha empezado a pagar  de forma errática.  Por un lado, todavía no nos han ingresado lo que corresponde al mes de mayo de 2012 y por otro, entre que tardan en tramitar la documentación y en empezar a pagar por un residente nuevo "la pelota" ha ido creciendo. Hace ya un par de años nos vimos obligados a extender la póliza de crédito, contratar una línea de descuento, o sea, a pagar intereses y comisiones que antes no pagábamos.  Cada vez nos cuesta más que los bancos nos dejen así que esto nos lleva a tener que gastar en costes financieros un 1,8% de nuestra facturación más de lo que gastábamos hace cinco años.

Ella:  ¿Y la Ley de Dependencia no ha hecho nada?

Él:  Al principio creíamos que sí, pero ahora me parece que ha hecho más mal que bien.  La cuestión es que los políticos han visto que lo que prometía la Ley no se podía mantener y en vez de cambiarla han ido haciendo remiendos y tapujos.  Mira un ejemplo:  Aquí tengo la valoración que hacían de los mayores en 2008 y la que hacen ahora.  En esta columna, lo que a ellos les sale, en ésta, la valoración que hacemos nosotros al ingreso. ¿Ves el cambio?  Muchos de los que en 2008 se consideraban grandes dependientes, o sea los que cuesta más cuidar y vienen con un precio superior, ahora se valoran como de dependencia severa.

Ella:  ¿Y eso qué nos supone?

Él:  Pues que cuesta el mismo esfuerzo atenderlos pero te pagan menos. Mira al pie de la columna.  He hecho un cálculo y, si se valorase igual que entonces estaríamos  facturando un 3,4% más de lo que facturamos ahora.

Ella:  ¿Hay más cosas que hayan cambiado a peor?

Él: Déjame ver... Sí.  Dejamos de recibir una subvención que teníamos para formación, cambiaron la compatibilidad del servicio de centro de día..

Ella: ¿Y no habéis podido hacer nada para compensar todo esto mientras yo no estaba?

Él:  Sí. Nos presentamos a una concertación de plazas que hubo en 2009 pero como la zona en que estamos no era prioritaria...  Además, los que se presentaron y ganaron también han visto cómo las cosas iban empeorando para ellos.   Ahora hemos estudiado presentarnos a un concurso para gestionar una residencia pública pero el precio máximo que puedes ofertar es un 8% más bajo que el que pagaban hace cuatro años con lo que no nos hemos atrevido.  También pensamos lanzarnos a construir otra residencia en otra zona pero le nuevo Código Técnico de Edificación ha encarecido en cerca de 10.000€ el coste por cada plaza, así que no nos atrevimos sin estar tú para ratificarlo.

Ella:  (Con la mirada perdida en el techo del despacho).  Pues vaya...  O sea que.. entre IVA, bonificaciones, suministros y demás ¿hemos perdido casi un 12% de la facturación?.

Él:  No, la bajada es más grande ya que antes la residencia estaba casi siempre llena y ahora tenemos una media de cinco plazas libres.  Eso supone otro 4% de merma.

Ella: Me dejas de piedra.  ¿Y qué hacemos?

Él: Yo me alegro mucho de que hayas vuelto ya que se nos plantea un futuro difícil y me gustaría que tú cogieses las riendas.  Ahora la residencia, aunque sobre el papel pierde un poquito, tiene un problema muy serio de tesorería.  La administración nos debe 200.000 euros entre lo que no nos pagaron en julio de 2012 y todos los atrasos generados por ingresos públicos que no tienen regularizada su situación con la administración.  Esperamos cobrar algo en Octubre pero, si no se arregla esto podemos hundirnos por falta de tesorería.  

Si hacemos caso a la Administración, pronto flexibilizarán algún requisito de los que tenemos que cumplir pero, de momento sólo van a crear una comisión.  Además, la última inspección ha escrito en el acta que tenemos que pintar el centro ya que se nota falta de mantenimiento y nos ha "recomendado" que apliquemos atención centrada en la persona y algún programa de eliminación de contenciones.  Ya me he informado de qué va y parece bonito pero no sé cómo vamos a empezar ahora esos cambios si no sabemos si podremos pagar a Hacienda el 20 de Octubre...

¿Alguien se imagina cómo puede seguir la película?

Mientras agradezco a quien amablemente me ha enviado un excel con los datos que he utilizado para redactar este post (todos ciertos), invito a quiénes lo lean a escribir en el comentario cómo creen que podría seguir y acabar la película.

Nota:  Antes de publicar este post me he permitido contrastar los datos que recibí con los de otros directores de residencias geriátricas.  Alguno que comenta que la retirada de las bonificaciones a la Seguridad Social no les ha supuesto tanto como se describe más arriba pero que el aumento en el precio de suministros ha tenido un aumento superior al descrito.  También encuentro discrepancias en lo que ha supuesto la subida de salarios con motivo de aplicación del convenio y en lo que supone el efecto global de los cambios respecto a la facturación total.  Creo que, a pesar de que puede haber discrepancias en relación a alguno de los datos, éstas no desvirtúan el mensaje.  Si alguien opina de otro modo, abajo hay un espacio para hacerlo.

martes, 1 de octubre de 2013

EL REGALO DEL ICASS POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS MAYORES

El 30 de Septiembre a las 18,30 una nota de prensa en la web de la Generalitat anuncia que la suspensión en la tramitación de Prestaciones Económicas Vinculadas para el ingreso de personas dependientes en residencias para personas mayores en Cataluña, que llevaba aplicándose desde principios de agosto, se prorroga sine die.

La culpa es del estrangulamiento económico a que se ve sometida la Generalitat.  De hecho, las primeras palabras de la nota dejan claro que no va a haber ni un ápice de asunción de responsabilidad: "Los recortes y constantes incumplimientos del gobierno del estado....".

En resumen, que "la pobre Generalitat" no tiene culpa de nada y se ve obligada a actuar así.

Yo creo que sería más sincero decir que, además de la deficiente financiación (indudable), la Generalitat tiene unas prioridades  dentro de las cuales el sector de atención a la dependencia no es la primera.  Algo tan obvio que, incluso si no lo dicen, salta a la vista.

El interés que tiene el govern por el sector se demuestra en los detalles.  Uno claro fue la sustitución de un conseller con gran experiencia y conocimiento, Josep Lluís Cleries, por una de bajo nivel político y sin experiencia conocida en el ámbito de los servicios sociales hasta su nombramiento.

Insisto, como he dicho en otras ocasiones, que Neus Munté me merece mucho respeto como persona y que le deseo mucho éxito.  Lo que esos parabienes no pueden ocultar es mi decepción por la decisión del President Mas que exilió al cementerio de elefantes del Senado a un político competente y que llevaba preparándose para ser conseller de Benestar durante muchos años.

No sé si con Cleries estaría pasando exactamente lo mismo.  Lo que sé es que él contaba con armas de las que Munté carece y quizás habría encontrado la forma de hacer más llevadero el trance.

La consecuencia del nuevo recorte es doble:

Por un lado las residencias que hicieron el esfuerzo por acreditarse ven ahora como éste ha resultado baladí ya que no cuentan con los residentes a que aspiraban atender.

Por otro, vemos cómo muchas residencias, durante los últimos años, aspirando a ser residencias colaboradoras, concertadas o acreditadas han realizado obras y, sobre todo, han ampliado y especializado sus plantillas con lo que han acabado encareciendo el coste del servicio para todos sus residentes.

Al final, casi todas las residencias ofrecen un servicio mejor, y más caro que hace unos años.  Quien ha hecho encarecer el servicio (la Generalitat) ahora deja de comprar y, cuando los prestadores se giran hacia el sector privado, pensando encontrar allí lo que no da la administración, ven que lo que pueden pagar muchas familias (expulsadas de la protección pública) no alcanza para sufragar el coste del servicio residencial que ofrecen.

Total, que podemos haber creado un sector con un servicio bueno que muy pocos pueden pagar.

La Generalitat, que todavía no ha hablado con las patronales del nuevo recorte, aunque las ha convocado a una reunión sin fecha para "consensuar medidas", debería plantearse seriamente si quiere pasar del lado de "los que ponen obstáculos" al de "los que ayudan en la solución".

Alguien tiene que ponerle el cascabel al gato: Tenemos que conseguir que los precios de las residencias sean aquéllos que se puedan pagar.  Ya sean personas que buscan residencia geriátrica privada totalmente o financiada con fondos públicos.

¿Cómo conseguirlo?  Creo que sólo hay dos formas:  O completamos la capacidad económica de las familias y mantenemos el precio del servicio (PEV, Colaboración, concierto), o conseguimos que el servicio se pueda prestar por menos dinero, algo que en un sector en el que más del 60% de la cuenta de resultados está relacionado con el capítulo de personal resultará proceloso y difícil.

Por supuesto podemos ir retrasando la adopción de medidas, negar la realidad, achacar todo al "enemigo exterior" y esperar a que el arcángel aparezca y eche a los demonios.  El problema es que eso sólo pasa en els Pastorets y faltan tres meses para Navidad.

domingo, 29 de septiembre de 2013

¿LLEGARÁN LOS RESIDENTES EXTRANJEROS?

Ha pasado algún tiempo, exactamente quince años.  En 1998 la Universidad de Barcelona organizó un curso de verano titularo "La jubilación de extranjeros en España".

¡Cómo pasa el tiempo! Entonces cuando se hablaba de extranjeros nos referíamos casi siempre a los del norte.

Del curso me acuerdo que entre los profesores existía el convencimiento de que llegarían cada vez más jubilados y que con el tiempo habría muchas residencias acogiendo a ancianos dependientes alemanes, suecos u holandeses, pagados en parte por la seguridad social de sus países que se beneficiarían de que aquí los precios de las residencias son más baratos y el clima más benigno.

Desde aquél curso he tenido la ocasión de participar en nueve viajes geroasistenciales (o sea, para conocer residencias en el extranjero), tanto organizados por la patronal catalana de residencias ACRA como por el portal de residencias para mayores, Inforesidencias.com.  He ido a Suecia, Noruega, Dinamarca, Alemania, Holanda y Francia.  He podido hablar con responsables políticos de diferentes ideologías así como profesionales y empresarios.  Algunos hablaban de que sí acabarían viniendo muchos mayores dependientes. Pero lo que no he visto es que las residencias pensadas para mayores extranjeros se convierta en un subsector considerable dentro del geroasitencial.

la cuestión me ha vuelto a parecer interesante ahora por varios motivos.

Hace unas semanas me invitaron a asistir  a una reunión en la que se proponía generar un clúster de empresas que tuviesen en común  tener como clientes a personas mayores.  Mientras les escuchaba  pensé en que se podrían coordinar diferentes empresas para atraer al "anciano del norte".  Lo dije durante la reunión pero me dio la sensación que lo del "clúster" (racimo en ingles) era algo mucho más complejo que lo que yo me imaginaba.

La cosa me duró unos días y, cuando ya lo había olvidado, leo que en Alemania están "exportando abuelos" a Polonia.

La cuestión es fácil.  Las ayudas a la dependencia germanas dan para lo que dan.  Quien necesita una residencia siempre tiene que pagar una parte importante, tan importante que a veces se hace inasumible.  El resultado es que algunos mayores dependientes se van a Polonia; concretamente a una parte de Polonia donde se habla un dialecto alemán y dónde una residencia cuesta unos 1.200 Euros al mes.

Si alguien entra a ver la noticia verá que tiene comentarios y muchos son negativos.  Yo, donde otros ven motivo de crítica veo oportunidad.

¿Qué haría falta para que miles de holandeses, alemanes o suecos mayores y dependientes viniesen a las residencias geriátricas españolas?

Se me ocurren varias cosas pero me gustaría mucho saber qué piensan quiénes leen este blog:

- Lo primero sería crear una red de residencias que estuviesen preparadas para atender a los residentes extranjeros a un precio tan competitivo que les hiciese cambiar de país.   Después de ver lo que cuestan las residencias en diferentes países creo que un precio de unos 1.800€ al mes sería una cifra interesante.   Si no podemos dar un servicio adecuado y atractivo por ese precio seguiremos como hasta ahora.

- Las residencias adecuadas deberían ser atractivas de forma que no viniese             tener personal que hable el idioma de los residentes que acoge, debería adecuar su gastronomía a la del lugar de origen y debería  parecerse a las residencias de origen.  Esto requiere empezar estableciendo programas de formación o de estancia en los países de origen de auxiliares, enfermeras y otros profesionales con el riesgo de que, una vez se hayan formado, prefieran quedarse en el Norte.

- Sería bueno contar con un sistema de transporte que permitiese trasladar con precios competitivos a los mayores dependientes hacia aquí.  Esto se podría hacer generando algún producto específico que permitiese coordinar una asistencia durante el vuelo, una recogida adaptada en el aeropuerto y traslado a las residencias.

- Por supuesto haría falta  un sistema de información que ponga en contacto oferta y demanda.  O sea, una Inforesidencias.com  europea  que ofreciese información multilingüe sobre residencias que estuviesen preparadas para atender a los residentes extranjeros.

- También se me ocurre que, si esto se plantease como algo estratégico para el sector o el país, sería necesario establecer un Lobby que intentase retirar barreras y convencer a las personas adecuadas para que facilitasen la llegada de los mayores y de algunos profesionales de origen.  La función de ese lobby sería implicar a las administraciones en todos los niveles convenciéndolas de que esta llegada sería positiva para todos.

Si lo vemos desde la perspectiva "clúster" veo que harían falta varios perfiles de empresas que especializasen una parte  o toda su actividad:

- Por supuesto las residencias:  Si se plantease en serio la llegada de mayores dependientes se podrían resucitar algunos proyectos gerontológicos que languidecen porque se hicieron donde no había verdadera demanda.  Si estos centros están relativamente cerca de un aeropuerto que tenga vuelos internacionales, podrían ser candidatos a triunfar.

- Empresas de formación para preparar a los profesionales que van a trabajar cuidando a los extranjeros. Estas empresas deberían orientarse hacia el fomento de "estancias temporales formativas en países de origen".

- Gestorías especializadas en tramitar la documentación adecuada para que los residentes extranjeros puedan gozar de los derechos a la salud y que la Seguridad Social española pueda recibir los pagos por los servicios prestados.

- Agencias de viajes (on line o físicas) que preparasen los traslados de los mayores y de los familiares que quisieran venir de visita.  Podrían crearse servicios específicos como "expediciones adaptadas" en las que un grupo pudiera contar con acompañantes durante el trayecto "puerta a puerta".

Portales de internet especializados

- Empresas de transporte adaptado.

Creo que me dejo cosas o digo algunas que no tienen mucho sentido.  Después de todo es sólo una idea.

Sé que hasta ahora existen iniciativas para intercambiar residentes entre residencias europeas como Linkaged.  Que en la Comunidad Valenciana se anunció una iniciativa en este sentido y que alguna empresa ha intentado por su cuenta atraer a estos mayores.  Si hubiese alguien dispuesto a liderar el intento, ¿Sería realista pensar que en unos años tendremos un subsector de atención a personas mayores dependientes extranjeras?






martes, 24 de septiembre de 2013

¡QUÉ BONITO ES HABLAR DE SOCIOSANITARIO!

Dentro de unas semanas se celebrará en Barcelona un Congreso que tratará sobre coordinación sociosanitaria.  No pienso perdérmelo ya que considero que éste es uno de los asuntos que más influirá en el devenir del sector geroasistencial.  Me apetece mucho escuchar a profesionales y a quiénes nos expliquen proyectos internacionales. Supongo que tendré que escuchar también a algún político pero, me sacrificaré.

La pregunta clave a debatir es, cuándo deja una persona de ser un paciente para convertirse en una necesitada de cuidados.  Si partimos de la base de que el derecho a recibir atención médica es diferente del de atención a la dependencia (que lo es) añadimos el toque jurídico.  Y si consideramos los costes que supone la atención hospitalaria, la de una residencia geriátrica, la ayuda a domicilio y el cuidado familiar, añadimos el toque económico.

Llevamos más de treinta años diciendo que, si se lleva a cabo una correcta coordinación sociosanitaria las personas estarán  mejor atendidas y "el sistema" podrá funcionar de forma más eficaz y eficiente (o sea bueno, bonito, y lo más barato posible).

En estos treinta años lo hemos dicho en activa, pasiva y perifrástico, lo hemos escrito, diseñado, discutido, implementado como proyecto piloto, como plan y, en algunos casos se han obtenido resultados parciales.  Pero, parece que todavía no hemos sido capaces de encontrar la clave.

Cuando se aprobó la Ley de Dependencia, algunos optimistas patológicos dijeron que un aspecto que recogía el texto era la coordinación sociosanitaria.  No era cierto.  Es más, el único punto de la Ley donde se menciona "lo sociosanitario" es en un artículo, el 11, en el que especifica qué pueden hacer las comunidades autónomas dentro del sistema de la dependencia. Dentro de la lista, la letra c dice:  Establecer los procedimientos de coordinación sociosanitaria, creando, en su caso, los órganos de coordinación que procedan para garantizar una efectiva atención).

O sea, que entre poco y nada.

A mí se me antoja que esto de "lo sociosanitario" se toma como algo para hablar, discutir, consensuar, redactar proyectos y planes, más que algo para "hacer".

En los últimos meses he leído:

En Julio:  La ministra Ana Mato, agradece a un grupo de expertos la redacción de un documento que propone “articular y poner en funcionamiento una auténtica atención sociosanitaria integral, centrada en la persona, que garantice los recursos asistenciales más adecuados a sus necesidades”.
El objetivo es “lograr una atención sociosanitaria integral, eficiente, de calidad, con calidez y que tenga muy en cuenta la fragilidad de estos pacientes”.  ¡Qué bonito!  Yo de mayor quiero ser experto.

Hace menos semanas, en Cataluña se presenta con gran parafernalia un Plan interdepartamental de interacción de los servicios sanitarios y sociales.  Algo que "va más allá de la coordinación sociosanitaria", y que optimizará los recursos y las capacidades conjuntas y se elaborarán protocolos asistenciales comunes para establecer un modelo asistencial de calidad que coordine las actuaciones sanitarias de los diferentes dispositivos de ambas redes .


Aquí no queda la cosa.  La guinda se la lleva el Senado, ese adorno carísimo que nos hemos regalado los españoles (52 millones de Euros al año nos cuesta).  Allí se ha aprobado una iniciativa que insta al gobierno a   "diseñar y crear, en coordinación y consenso con todas las Comunidades Autónomas, así como con respeto absoluto de sus competencias, el espacio sociosanitario como un área de convergencia de servicios sociales y sanitarios, con el objetivo de proveer una cartera de servicios destinados a las personas dependientes y aquellas que, por causa de graves problemas de salud o limitaciones funcionales y/o de riesgo de carencias sociales, necesitan una atención sanitaria y social simultánea, coordinada y estable, ajustada al principio de continuidad de la atención".

¿En qué país viven los senadores?

Después de ver cómo la Ley de Dependencia ha fracasado, entre otras causas por la imposibilidad de que el gobierno del Estado coordine nada en absoluto, ¿Es posible que alguien crea que se puede poner en la misma frase las palabras "coordinación", "consenso" y "todas las Comunidades Autónomas", sin que el resultado se quede en poco más que un brindis al sol?

Al final el texto lo pactaron el PP, el PSOE y el grupo Entesa Catalana de Progrès.  Me los imagino discutiendo, transaccionando y consumiendo tiempo y tiempo.

Al final, supongo que todos se fueron tranquilos a sus casas pensando, "hoy me he ganado el sueldo".

Y la cordinación sociosanitaria...  "De eso tenemos que hablar algún día".