jueves, 27 de noviembre de 2014

DIMITE ANA MATO: LA MINISTRA QUE NUNCA DEBIÓ HABERLO SIDO

Cuando Rajoy nombró a Ana Mato como "ministra de la dependencia" (lo digo por la parte que nos toca) intenté describir en una entrada  de este blog la sorpresa que me había producido saber quién iba a ser la nueva ministra de Sanidad:

Ahora, el presidente Rajoy con su flamante mayoría absoluta llega conduciendo un camión de bomberos al edificio en llamas que es España, dispuesto a tomar las medidas necesarias para salvar lo que se pueda sacrificando lo demás. Empiezan a bajar los miembros de su equipo y vemos que los encargados del área económica son técnicos con gran experiencia de gobierno en la materia, de hecho parece que tengamos cuatro ministerios económicos (Presidencia, Economía, Hacienda y Asuntos Exteriores), si seguimos analizando vemos a una gran mayoría de "especialistas" pero cuando baja la nueva Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad vemos a... ¿Ana Mato?

Ana Mato en "La Vanguardia" El 11 de Octubre de 2014
Ahora que debe dimitir porque los tribunales consideran que hay indicios para considerar que se benefició económicamente de la corrupción, un divertido chiste aparecido en "El Mundo" hace aparecer a Rajoy consolándola diciéndole que lo vea por el lado positivo, no dimite por incompetente.

Tras leer varios periódicos veo que hay consenso en que la señora Mato no ha sido una buena ministra.  

Las críticas le vienen del lado de la Sanidad y de los servicios sociales (dependencia).

No creo que todas las medidas que ha tomado el gobierno en relación a la dependencia siendo ministra puedan ser criticadas severamente.  Yo llevo años defendiendo que deberíamos concentrar todos los esfuerzos en tener un sistema que cubra efectivamente la "gran dependencia" y dejar los niveles más bajos fuera de la universalidad (cómo estaban antes de la Ley) hasta que la situación económica nos permita cubrirlos.  También defiendo un sistema de copago en el que las personas con capacidad económica elevada puedan llegar a pagar el 100% del coste del servicio que reciben o que se limite la prestación económica al cuidador no profesional.

Lo que sí puedo criticar es que, durante estos tres años se han tomado medidas impopulares (algunas puramente erróneas) sin que hubiese en el ministerio una titular que diese la cara y nos intentase convencer de que el sacrificio tiene un fin.  Hemos tenido a una ministra ausente que en las ocasiones en que hablaba parecía tan poco convencida de lo que decía que era como si no dijese nada.

Yo estoy convencido de que la Ley de Dependencia no podía seguir como hasta 2011 y que necesitaba una reforma profunda que limitase algunos de los derechos reconocidos.  Pero hacer un recorte requiere a mi entender la valentía de admitir que se hace.  Me parece más respetable un político que me diga "te estoy quitando algo hoy porque creo que si sigues teniéndolo ponemos en peligro que mañana otra persona con derecho pueda tener nada".  Ese político valiente tendría que afrontar que está haciendo recortes e intentar convencernos de que son necesarios.  O sea, debería dar la cara y ser honesto.

El actual gobierno ha recortado la ley de Dependencia hasta hacerla tan diferente de la que se aprobó en 2006 que bien podría tratarse de otra.  Y al hacerlo nos han dicho que no la han recortado, que se ha "mejorado" y que la mejora ha reducido las listas de espera.

El PP es el PP y ganó las elecciones habiéndonos dicho Rajoy frases como:

"La Dependencia no es viable. Hay que ir haciendo lo que se pueda" o "Yo salvo el tema de pensiones y el tema de la deuda pública, porque no se puede. Todo lo demás lo pondremos encima de la mesa, como es natural". (El País 16 de noviembre de 2011).

Si, habiendo dicho eso, ganó con mayoría absoluta podría haber hecho los recortes que considerase necesarios sin ambages, explicándole a los dependientes que cobraban 525€ que pasarían a cobrar 350€ porque eso era necesario, que imponía un plazo de espera de dos años para determinadas ayudas sabiendo que muchos dependientes morirían esperando recibir aquello a lo que tenían derecho; que reduciría el dinero que reciben los ayuntamientos para sostener sus servicios o que incrementaría el copago.  En fin, podría hacer lo que ha hecho pero no pareciendo como alguien que tira la piedra y esconde la mano sino como un bombero que hacha en mano se carga la puerta de tu casa pero te convence de que es necesario hacerlo para salvar el edificio

Si la Señora Mato hubiese sido otra persona el PP habría hecho lo mismo que ha hecho pero quizás lo habría explicado de otra forma y quizás habría convencido a unos cuantos de que los "sacrificios" eran necesarios.   Ella no hubiera sido creíble si lo hubiera hecho por lo que no debería haber sido nunca ministra.

¿Quién la sustituirá ahora?  Esperemos que sea alguien que no esté "tarado de origen" como lo estaba la señora Mato desde una perspectiva política (era cuestión de tiempo que algún proceso judicial pusiese su foco sobre la ex ministra).    

Cuando nos digan quién es podremos decir algo más.

Así se ha explicado la noticia en el portal de las residencias geriátricas Inforesidencias.com

Autor del post Josep de Martí


lunes, 24 de noviembre de 2014

GESTIONAR LA COMPLEJIDAD EN LA DIRECCIÓN DE RESIDENCIAS

Hace unos cuantos años, 18 para ser exactos, cursé un Máster sobre Derecho Público y organización administrativa que me sirvió mucho, no sólo para aprender derecho administrativo en un tiempo en el que trabajaba en la administración, sino también para conocer más sobre cómo funcionan las organizaciones.  Dentro del curso, tratamos en alguna ocasión el concepto de la complejidad y cómo las organizaciones se enfrenta y adaptan a ella.

Ahora estoy preparando  mi participación como profesor en un curso que impartiré en Diciembre a directores de residencias para mayores en Asturias y he desempolvado apuntes antiguos para volver a aproximarme a esta curiosa temática.

No sé si aquellos que tendré cómo alumnos en pocas semanas leerán este blog, si lo hacen, tienen aquí un avance de lo que les explicaré.  A los demás, espero que os guste.

Imaginemos una residencia geriátrica en la que las auxiliares del turno de día se quejan continuamente sobre lo mal que hacen su trabajo las del turno de noche.  Las de la mañana han hablado con los familiares acusando a sus compañeras de noche de no atender correctamente, de dejar cosas a medio hacer e, incluso de haber sustraído algún objeto a los residentes.

Desde la dirección de la residencia se analiza la situación y se considera que la causa del problema se centra en la actitud de dos personas y en que haya turnos separados por lo que deciden, tras consultar al abogado, despedir a las dos empleadas problemáticas y realizar turnos rotatorios.

Al cabo de un mes la residencia presenta problemas de tipo legal (algunas empleadas han denunciado el cambio de turnos por ilegal), social (algunas se han solidarizado con las despedidas y han acusado a la residencia de discriminarlas convocando dos sentadas ante el centro) y laboral (ha aumentado el absentismo y no ha mejorado la relación entre empleados que ahora comparten turno pero no se hablan entre ellos).

¿El problema?  La dirección ha actuado como si la residencia fuese una máquina de relojería.  Un engranaje no funcionaba y lo ha sustituido.  Pero una organización de la que forman parte seres vivos, y especialmente cuando estos son seres humanos, se parece bien poco a un reloj.

Si vemos esa realidad desde una perspectiva organizacional empezaremos diferenciando lo que es un sistema simple de uno complejo y veremos que toda organización que trabaja en el cuidado a personas mayores se puede englobar dentro de la segunda categoría: la complejidad.

Un sistema simple (lineal) es aquél en el que se puede predecir fácilmente la consecuencia de una acción.  En los sistemas complejos resulta muy difícil poder hacer esa predicción de forma acertada debido a que intervienen muchos factores que, a priori no tenemos en cuenta.

En un sistema complejo nos encontramos con una serie de agentes que se relacionan entre sí en un entorno determinado y con unas herramientas utilizando unas estrategias y unos objetivos que pueden diferir de agente a agente y depender de las relaciones que tengan, las herramientas de que dispongan en cada momento y de cómo se vean influidos por el entorno.  Esos factores hacen que en un sistema complejo sea difícil predecir de forma acertada como afectará la introducción de un cambio en todo el sistema.

En el funcionamiento de un servicio geroasistencial conviven situaciones simples con otras complejas, el problema es que la linealidad es la excepción. Si decidimos hacer un pedido de ropa de trabajo para nuestra organización resulta razonable que la consecuencia sea que recibamos la ropa que hemos  teniendo que pagar por ella el precio establecido.

En cambio,  si, para mejorar el servicio que se presta en una residencia decidimos adquirir un equipamiento informático sofisticado y poner cámaras en diferentes lugares del centro, podemos encontrarnos con que unos meses después el servicio no ha mejorado sino lo contrario y, encima tenemos una situación laboral tensa.

A veces pequeños cambios generan grandes consecuencias que no somos capaces de predecir.  ¿Qué pasa entonces con los grandes cambios?

Si un Ayuntamiento decidiese pesar los contenedores de basura de cada barrio de forma que se pudiese gravar con más impuesto a los vecinos que tirasen más basura (o sea que reciclasen menos),  ¿qué pasaría? ¿se reciclaría más? ¿tirarían la basura en los contenedores de papel? ¿la tirarían en contenedores de otros barrios? ¿nada?

Para poder gestionar la complejidad vale la pena detenerse un momento en los elementos que forman el marco de nuestra organización

Los agentes son los elementos del sistema que tienen la capacidad de interactuar con su entorno y con otros agentes.  El agente responde a lo que pasa a su alrededor, actúa de una forma más o menos voluntaria en persecución de unos objetivos que pueden ser cambiantes.

Imaginemos una residencia.  Los agentes podrían ser, cada residente, cada empleado, cada directivo, cada familiar de los residentes, cada proveedor de la residencia.

Estrategia sería la forma en que cada agente responde a lo que le rodea para obtener sus objetivos.  Así nos podemos encontrar que hay dos empleados que se ayudan mucho entre ellos porque han visto que es una forma de hacer más agradable su trabajo, u otros dos que parece que se molestan mutuamente ya que quieren que el otro desaparezca de la organización por algún motivo.  Podemos ver residentes que colaboran en su propio cuidado intentando ganar la simpatía de los cuidadores u otros que se muestran antipáticos y amenazadores intentando ganar respeto.

Lo importante de las estrategias es que no son lineales y que son cambiantes.  Un agente puede pasar de ser colaborador y positivo esperando un aumento de sueldo y al ver que no lo consigue convertirse en negativo y obstaculizador.  Por eso resulta interesante cuando se gestiona la complejidad intentar determinar de qué forma valora cada agente el éxito de sus estrategias.

En  una residencia podríamos arriesgarnos a generalizar que los residentes quieren que se respete su capacidad de decisión y dignidad (muchos residentes manifiestan que lo que más quieren es que “les dejen en paz”).  En cambio las familias en muchos casos valoran la seguridad, la tranquilidad de conciencia por haber decidido el ingreso y la sensación de que no tendrán que volver a enfrentarse con la situación de encontrar una nueva residencia.  ¿Todos los empleados quieren trabajar menos y ganar más? No. Ese es un cliché que no se produce en muchos casos.  Por eso existen organizaciones y empresas que están pagando lo mismo o algo menos y tienen menos rotación que otras.

Para el gerente o director, tener una idea de cuáles son los objetivos y estrategias de los agentes que forman el sistema es fundamental.
Otro elemento importante son los patrones de interacción ¿quién se relaciona con quién y cómo lo hace?  En el ejemplo del inicio nos encontramos con que los del turno de día pueden convencer a los familiares de que los de noche no lo hacen bien, y pueden hacerlo porque los conocen, los ven, hablan con ellos y han ganado su confianza.

Todo lo que hemos descrito formaría un sistema, o sea, una o más poblaciones de agentes (empleados, residentes, familiares, dirección) con sus respectivas estrategias (cada uno quiere algo y hace algo para conseguirlo) junto con una serie de herramientas y factores ambientales.

Decimos que un sistema es complejo cuando existen muchas interacciones entre los diferentes elementos del mismo de forma que lo que sucede ahora tienen mucha influencia en lo que sucederá más adelante.  El problema es que cada agente desconoce cómo su actuación concreta repercutirá en el funcionamiento del sistema como tal.

Las características que suelen predicarse de los sistemas complejos son:

-       Tienden a autoorganizarse:  La intervención de la dirección es relevante pero no determinante.   Ante un cambio el sistema tenderá a encontrar un nuevo equilibrio. Por ello aunque se impongan relaciones jerárquicas suelen tener más fuerza las relaciones de poder que no dependen de la jerarquía (una monja jubilada que lleva cuarenta años en la enfermería de la residencia puede tener más poder real que el responsable médico del centro).
-       Son creativos:  En muchas ocasiones la respuesta del sistema es totalmente diferente de la que estaba prevista al implementar un cambio.  Por ejemplo, la introducción de sistemas de teleasistencia como respuesta económica ante las necesidades de personas mayores que viven solas pueden acabar generando más ingresos en residencias.
-       No son lineales: La respuesta a un cambio no suele ser proporcionada.  Pequeñas causas generan grandes consecuencias y viceversa.
-       Los sistemas tienen memoria.  Un cambio introducido hoy de forma errónea puede afectar futuros cambios que se intenten dentro de, incluso años.  Por eso se requiere entender la historia de un sistema para poder intentar prever la consecuencia de los cambios.
-       Son adaptativos, o sea que pueden reorganizarse sin que intervenga un agente externo.  Cosa que permite su permanencia en entornos intestables.

Los cambios que se producen en un sistema complejo pueden venir de la selección  y adaptación (esto es, cambios que generan una mejora).

Cuando en un sistema los agentes tienden a adaptarse a las nuevas situaciones se habla de un sistema complejo adaptativo.

En estos sistemas resulta difícil para cada uno de los agentes predecir las consecuencias de sus acciones de forma que pueda determinar cuál es la forma de actuar más beneficiosa para él mismo y para el sistema.

Así, cada cambio genera una modificación en el ambiente y a su vez nuevos cambios.

Un empleado empieza a dar de comer de una forma ligeramente diferente a los mayores con demencia.  Su forma de actuar es copiada por el resto de empleados de turno, comentada en una reunión e incorporada en un protocolo nuevo que se crea  y se distribuye en todos los turnos.  Al llegar al el protocolo a manos de la primera auxiliar que había empezado a dar de comer de una forma nueva ésta ve que durante el proceso ha cambiado y que ahora se siente incómoda dando “por obligación” de comer de una nueva forma.

Una residencia para mayores decide incrementar el rendimiento de los empleados estableciendo un sistema de incentivos que hagan ganar hasta un 25% más a los trabajadores que sean más efectivos en su trabajo.  Para determinar quien es el más efectivo crean un sistema en el que, por un lado se valoran criterios objetivos (por ejemplo, en personal de limpieza, cuántas habitaciones prepara cada día; en una auxiliar, cuántos residentes asea correctamente), por otro se pasan unas encuestas entre residentes, familiares, los propios empleados y el personal de dirección para que valoren subjetivamente a los empleados.

Gestionar la complejidad quiere decir cambiar deliberadamente la estructura de un sistema con el objetivo de incrementar alguna medida de rendimiento todo ello teniendo en cuenta que el sistema mismo es complejo.  En otras palabras, gestionar sabiendo que estamos ante un sistema complejo, que la complejidad existe y no podemos eliminarla ni debemos ignorarla.

Gestionar la complejidad tiene algo de predecir el futuro o qué consecuencias tendrán los cambios.  Quizás no es posible predecir las consecuencias del “efecto mariposa” pero los sistemas siempre tienen algún aspecto que nos permite establecer cuáles pueden ser los diferentes escenarios posibles que puede generar un cambio.

Si hablamos del entorno de la salud  nos encontramos  con una interesante reflexión publicada en un artículo de una serie denominada “Complexity science” que el British Medical Journal dedicó a la complejidad y la gestión sanitaria y que he podido leer en internet en http://komplexblog.blogspot.com/2006_09_01_archive.html:

El detalle minucioso de tareas y actividades encaminadas a la consecución del objetivo final, la salud del paciente, debería ser reemplazado, según los autores, Paul Plsek y Tim Wilson, director de la Unidad de Calidad del Royal College of General Practitioners, por un conjunto de especificaciones mínimas que guíen y orienten la labor de los profesionales involucrados, y que emerjan y evolucionen como consecuencia del diálogo y consenso de las partes implicadas. Así, este conjunto de reglas simples van configurando los atractores del sistema, el espacio de posibilidades que delimita las acciones de la organización. El buen conocimiento de los atractores del sistema, según los autores, es condición necesaria para emprender el cambio de la organización sanitaria, pero… ¿es suficiente?

Bibliografía

A. Battram. Navigating Complexity. Spyro Press. 2001
R. Axelrod. M Cohen. Harnessing Complexity. Free Press 1999.

Gestión de la complejidad en la empresa. http://turing.dit.upm.es/~fsaez/intl/capitulos/19%20-Gesti%F3n%20de%20la%20complejidad%20en%20la%20empresa.pdf

Autor del post Josep de Martí

viernes, 14 de noviembre de 2014

HABLANDO DE "SOCIOSANITARIO" EN GUIPÚZKOA

Siempre me alegro mucho cuando me llaman para participar en alguna jornada o congreso  que trate directa o indirectamente de atención a personas mayores.  Si la impartición supone salir de Barcelona la alegría es doble ya que me permite conocer a gente nueva y cómo funciona la atención geroasistencial en otras zonas.

En los últimos meses casi siempre ha coincidido que me invitaban a presentar el libro "Cómo nos engañaron con la Ley de Dependencia", pero en esta ocasión, ha sido la Clínica  Asunción de Tolosa (Guipuzcoa) la que me ha invitado para hablar en una jornada en la que trataban sobre coordinación/ingergración sociosanitaria.

Coordinación sociosanitaria
Jornadas Sociosanitarias en Tolosa
 Me ha tocado hablar en una mesa en la que han participado representantes del gobierno vasco, de la Diputación de Guipúzcoa y de la Generalitat de Cataluña.  La verdad es que, cuando me ha tocado hablar, no sabía si utilizar el material que traía o hablar directamente sobre lo que habían dicho los anteriores ponentes.  Al final, eso no me ha parecido elegante y me he ceñido al guión.

Como en otras ocasiones, he planteado la peculiaridad que supone que muchas personas que viven en residencias asistidas (sociales) están recibiendo una atención sanitaria a cuenta de la residencia que debería ser asumida por la sanidad pública.  He puesto el ejemplo de dos hermanas gemelas de noventa años, una vive sola en su casa (un tercer piso sin ascensor) y otra en una residencia en una plaza financiada por la administración.  Las dos hermanas se rompen el fémur, son ingresadas en un hospital, reciben el mismo implante y, tras diez días tienen que recibir el alta.

Lo que yo planteo es que la que estaba en una residencia, lo más seguro es que vuelva a la residencia con unas curas de enfermería pautadas que todos considerarán que tiene que llevar a cabo la enfermera de la residencia.   La otra hermana, quizás se quede tres o cuatro días más en el centro debido a que, como vive sola y su piso no es accesible, resulte difícil derivarla a domicilio.  Finalmente, si vive en Cataluña, le encuentren una plaza en una residencia sociosanitaria en una plaza de convalecencia.


O sea, que al final tendremos a las dos hermanas cada una en una residencia, recibiendo atención sanitaria y de enfermería por parte de los empleados de la residencia pero con pequeños matices.

El cuidado de la hermana que vivía en una residencia costará un total de algo menos de 1.800€ al mes mientras el de la que esté en un centro sociosanitario costará unos 2.600€.  El tipo de personal será diferente, lo que ganan o las horas que trabajan, también.

Una de las cuestiones a plantear es si esta disparidad es correcta.

Otra cuestión importante es quién paga la atención sanitaria que reciben las personas mayores dependientes que viven en residencias asistidas. En muchos casos, las residencias tienen médicos y enfermeras que pagan ellos cuando, en teoría, esos profesionales debería proveerlos o financiarlos la sanidad pública.

Cuando he acabado, varias personas de residencias de mayores de Guipuzkoa me han dicho que allí algunas residencias tienen ya un médico de la seguridad social que acude periódicamente  a la residencia y puede acceder al historial del residente pero querrían que también acudiesen enfermeras  del sistema.

Como pasa casi siempre, resulta que las cosas funcionan de forma tan diferente en diferentes lugares de España que resulta casi imposible de hablar de algo que sea común.

Por cierto, me sigue pasando cuando voy a jornadas o congresos en los que hablan de lo "sociosanitario" que tengo la sensación de que llevamos muchos años hablando y ya deberíamos tener más frutos.  En este post lo expuse hace algún tiempo.

Autor del post Josep de Martí




miércoles, 5 de noviembre de 2014

SOBRE LAS PEV 2.0 UNA OPINIÓN FUNDAMENTADA

Una de las mayores satisfacciones que puede tener un bloguista la produce el saber que hay alguien en el cósmico ciberespacio leyendo lo que se ha escrito.  La satisfacción es aún más grande cuando observas que alguien ha dejado un comentario, y el éxtasis se alcanza cuando alguien escribe un texto largo analizando algo que tú has escrito.  Da igual que lo que se analice te haga quedar mejor o peor, es el hecho de saber que has provocado en otra persona la necesidad de ponerse a escribir.

Eso es lo que me ha pasado con la entrada que escribí sobre la reapertura de las PEV en formato PEVs 2.0.

Resulta que por un lado, mis amigos de ASCAD han difundido un escrito dando su opinión y en el que mencionan el post.

Por otro, un portal de internet Buscadorderesidencias, a difundido un mail en el que, no sólo se habla de la entrada sino que la analiza en detalle y se hace de la siguiente forma:



Desde buscadorderesidencias.com queremos arrojarte un poco más de luz acerca de la reactivación (si se puede llamar así) de las prestaciones económicas de la Ley de la Dependencia en Cataluña.


En primer lugar, os recomendamos que os podáis leer este interesante post de Josep de Martí


También es importante leer el artículo número 5, de la orden BSF/130/2014 del 22 de Abril de la Generalitat. Este punto describe los criterios para determinar el patrimonio de un posible usuario:


Una vez leído, suponiendo que está pasando más o menos lo mismo en todas las comunidades autónomas teniendo en cuenta este cuadro del ministerio de Industria, desde busacdorderesidencias.com tenemos que puntualizar los cálculos del amigo “de Martí” ya que son bastante peores de lo que el dice:


Sobre los ejemplos que tenía en su post, hay que puntualizar sobre un echo fundamental. Este hecho es que casi todos los “abuelos” tienen su piso pagado y suelen tener unas “perrillas” ahorradas “por lo que pueda pasar”. Además, las pensiones hay que calcularlas por 14 pagas.


Vamos a suponer que de todos los ejemplos que pone Josep en su post, cada uno de los usuarios tuviese una segunda vivienda con un valor catastral de 85.000€, depósitos bancarios por valor de 15.000€ y una primera vivienda (vivienda habitual) con un valor catastral de 93.000€


En este sentido, es importante echar un vistazo al valor medio catastral por metro cuadrado de la ciudad de Barcelona, tanto en vivienda colectiva (piso) como en unifamiliar (casa).


Podéis observar cómo el valor medio catastral por metro cuadrado nos dice que en el primer trimestre de 2014, el valor medio catastral de metro cuadrado de un piso en la ciudad de Barcelona era de 743€ y en el caso de una casa era de 671€. Como incongruencia curiosa, los valores catastrales de diversas poblaciones del Baix Llobregat Sud (Sant Boi de Llobregat, Castelldefels, Gavà, etc.) son un 23% más altas que las de Barcelona.


Pues bien, si un usuario tiene una vivienda habitual de 125 metros cuadrados, unos depósitos de 15.000€ y un apartamento de 115 metros cuadrados, los depósitos bancarios y el apartamento le computarán al cálculo del patrimonio con un 5%.


Luego, además, hay que pedir anualmente revisiones económicas para recalcular las ayudas.


A todos los casos que nombra Josep de Martí, tendríamos que restar el 5% de 85.000€ + 15.000€, que da un total de 5.000€. Es decir, que sobre la capacidad económica de cada usuario de los que comenta Josep, la Administración estaría sumando a la “capacidad económica” un valor de un inmovilizado más depósitos por valor de 5.000€, que no todo es líquido. Vamos, que entienden como líquido esos 5.000€ al año, cosa que no es así.


Además, la prestación se ha topado por arriba en un total de 715€ mensuales.


El problema reside en que una vivienda con valor catastral de 93.000€, suele tener un valor de mercado de unos 112.000€ en el mejor de los casos (piso tercero sin ascensor de 70 metros cuadrados, tres habitaciones pequeñas, un lavabo, comedor, cocina y en el mejor de los casos un pequeño balcón). Este piso, según la comunidad autónoma se suele estar alquilando entre 250€ y 400€ dependiendo del estado, barrio y servicios cercanos al inmueble.


Si nos vamos al mejor de los casos en cuanto a alquiler, tendríamos un alquiler anual de 300€ por 12 meses que nos arroja un total de 3.600€.


Una vez ya tenemos esta ensalada un poco más aliñada de lo que la hizo Josep (muy bien hecho, por cierto), vamos a ponerle un poco más de “VINAGRE”…


Supongamos, como ha pasado en unos cuantos casos, hay una muy delgada línea entre el Grado II y el Grado III.


Vamos a pasar los casos que comentaba Josep de Martí de Grado III a Grado II:



a) Sra. Juana Soclamitjana


Persona con capacidad económica de 906€ al mes y un grado II de dependencia.


Ciertamente, es la pensión media en Cataluña.


En este caso, si le aplicamos el 5% de los depósitos y de la supuesta segunda vivienda a su capacidad económica (teniendo en cuenta lo que tiene en cuenta la Administración), tendríamos lo siguiente:


5% de depósitos, 750€.


5% de valor catastral de 2ª vivienda, 4.250€


Pensión de 906€ por 14 pagas, da un total de 12.684€


Capacidad económica TOTAL, 17.684€


Esto significa que esta persona tendría una capacidad económica mensual de 1.473€.


Hasta llegar a 2.000€ (porque cada euro que baje de los 2.000€ de capacidad económica, se le daría al usuario un euro de PEV hasta un tope de 715€) esta usuaria tendría que percibir una PEV de 527€.


Ahora bien, lo que pasa es que esta mujer no tiene un líquido suficiente para pagar, porque el apartamento no es dinero hasta que lo vendes. Nos encontramos que este usuario contaría con un “cash flow” para pagar su residencia de 1.057€ más la PEV de 527€.


Su capacidad real de pago serían 1.584€, es decir, que tendría que acceder a una plaza que le cobrasen 1.440€ más IVA.


No le quedaría ni un euro más en el bolsillo (132€), es decir, que sólo podría acceder a una residencia que le cobrase 1.308€.


Vamos a restarle la PEV, ya que no tiene derecho según ICAS.


Este usuario sólo tendría 781€ para pagar una plaza en residencia. Como mucho, podríamos sumarle esos 300€ que pudiese cobrar del alquiler de su vivienda.


Estamos todos de acuerdo en que 1.081€ no dan para una residencia asistida.


b) Encarnación Guanyopoc.


Persona con capacidad económica de 500€ al mes y un grado III de dependencia.


Ciertamente, Sería un caso con una pensión casi “no contributiva”.


En este caso, si le aplicamos el 5% de los depósitos y de la supuesta segunda vivienda a su capacidad económica (teniendo en cuenta el mismo patrimonio y, además, lo que tiene en cuenta la Administración), tendríamos lo siguiente:


5% de depósitos, 750€.


5% de valor catastral de 2ª vivienda, 4.250€


Pensión de 500€ por 14 pagas, da un total de 6.000€

Capacidad económica TOTAL, 11.175€


Esto significa que esta persona tendría una capacidad económica mensual de 931€.


Hasta llegar a 2.000€ (porque cada euro que baje de los 2.000€ de capacidad económica, se le daría al usuario un euro de PEV hasta un tope de 715€) esta usuaria tendría que percibir una PEV de 1.068€. Como la PEV está topada, sólo percibiría 715€


Ahora bien, lo que pasa es que esta mujer tampoco tiene un líquido suficiente para pagar, porque le pasa lo mismo que al caso anterior. Nos encontramos que esta usuaria contaría con un “cash flow” para pagar su residencia de 583€ de pensión más la PEV de 715€.


Su capacidad real de pago serían 1.298€, es decir, que tendría que acceder a una plaza que le cobrasen 1.180€ más IVA.


No le quedaría ni un euro más en el bolsillo (132€), es decir, que sólo podría acceder a una residencia que le cobrase 1.048€.


También vamos a restarle la PEV, porque “no le toca”.


Sólo tendría 333€ para pagarse una residencia privada.


También vamos a sumarle un hipotético alquiler de 300€ al mes.


Este caso es especialmente dramático ya que esta persona sólo contaría con la cantidad mensual de 633€ al mes para pagarse su residencia.


Conclusión...


Desde buscadorderesidencias.com tenemos claro que las reglas del juego cambian para la clase media que necesita una residencia.


Como casi siempre, por desgracia, es la clase media la que sufrirá las consecuencias de la dificultad de acceso a una plaza residencial en Cataluña, ya que tener un pequeño apartamento de 60 metros cuadrados (pagados con el ahorro de toda una vida de trabajo duro para dar a la familia unas mejores vacaciones) hará que nuestro acceso a un recurso social sea cada vez más complicado.


Por último, todos sabemos lo que es un Grado II de dependencia (en muchos casos es muy difícil diferenciarlo de un Grado III). Dejar sin “algo” de prestación a este segmento, trastoca las reglas que han regido el mercado hasta ahora.

Vemos justo y coherente que los depósitos bancarios computen como patrimonio, siempre y cuando no sea “Deuda Subordinada” o “Participaciones Preferentes”, claro…
Lo que no tenemos tan claro es que haya un valor catastral tan elevado para una vivienda habitual y que cualquier valor catastral de una segunda vivienda compute al 100% del valor en ese 5% de patrimonio.


No te olvides que, por lo tanto, locales, parkings, terrenos rústicos y urbanos, apartamentos y todo lo que no sea vivienda habitual, irá al 100% de su valor catastral a contribuir a la denominada “capacidad económica” con un 5%.

¿No sería más coherente que fuese la suma del patrimonio inmovilizado con ese tope de 300.000€?
Por lo tanto, si la Administración no cambia este criterio, te toca PONERTE LAS PILAS para buscar soluciones a la clase media que quiera acceder a una residencia y encontrar soluciones creativas para dar cabida (y capacidad de pago) a los Grados II de dependencia aunque parezcan (a tus parecer) Grados III.

Aunque el mail aparece sin firma felicito y agradezco a su autor por dedicar tiempo a aclarar cosas y por haber añadido un poco de patrimonio a los casos que planteaba.  Ahora sólo queda que alguien que tenga más paciencia que yo se dedique a comprobar si, tanto los cálculos que hice en mi entrada como los que hay en ésta son correctos.

 Josep de Martí autor de este blog, agradece al autor del mensaje por su colaboración.