martes, 28 de noviembre de 2017

¿CÓMO DISEÑAR LA MEJOR RESIDENCIA POSIBLE?



Llevo un tiempo sin publicar en el blog debido a que cada semana tengo que escribir la columna en Negocios y Gestión de la Dependencia y cada dos, un caso práctico para el "Rincón del Director".  A ver si ahora me aplico más,

Estos días he tenido la ocasión de volver a visitar Dinamarca en un viaje de esos en los que un grupo de propietarios, directores y profesionales de residencias, intentan conocer cómo funciona la atención a mayores en otros países.



Allí he podido visitar de nuevo, esta vez con aspecto invernal, la residencia Holmegardsparken, situada en el municipio de Gentofte, muy cerca de Copenhague.

Es con seguridad una de las residencias más bonitas que he visto en mi vida (y calculo que habré visitado más de 400), pero lo que más llama la atención no es sólo su diseño que consta de tres edificios en forma de H repartidos por una enorme parcela verde y conectados por el subsuelo con un edificio de cafetería y otro administrativo, sino el proceso que te explican sobre cómo llegaron a ser así.

Holmegardsparken es la residencia más antigua en funcionamiento de Dinamarca. Empezó a funcionar en 1860 y ha sufrido diversas modificaciones. En 2005, una Ley danesa obligó a que las habitaciones de las residencias fueran más grandes y que todas se convirtiesen en “viviendas completas”, eso quería decir que debían tener lavabo propio, una cocinita y espacios de dormir y vivir.

Como la residencia antigua no reunía los requisitos decidieron que la derrumbarían y construirían una nueva y para hacerlo harían participar a todos los que tenían que ver de una forma u otra en el proceso de atención. Convocaron “seminarios de los sueños” donde los usuarios, sus familiares, los profesionales y los vecinos de la zona de Holmegardsparken pudiesen decir, cómo querrían que fuese la residencia si el dinero no fuera un factor a tener en cuenta.


Para su sorpresa, casi todos se mostraron constreñidos por aspectos económicos y costó que dejaran volar sus sueños.

Al final acabaron con una residencia para 120 personas repartidas en unidades de convivencia de 20 personas en unos edificios muy bonitos en los que cada residente tiene un apartamento de 40 m2 y 20 m2 más de espacio de convivencia dentro de la unidad. La etiqueta de precio del conjunto supera los 15 millones de Euros



Algunas cosas llaman poderosamente la atención y en éste y próximos posts las intentaré ir explicando.

Una es el tipo de recorridos que hay por los jardines, unos caminos claros contrastados con la hierba y que invitan a pasear entre parterres de flores, un gallinero, un césped ondulante e incluso un pequeño lago.  Como la finca no tiene un muro exterior y el 80% de los residentes sufren Alzheimer, la residencia ha recurrido a la investigación y a una solución interesante (y, para mí, arriesgada).  Han hecho que, cuando el camino llega a un punto que pudiera ser peligroso, éste cambia radicalmente de color y se vuelve negro.  Nos explican que las personas que sufren demencia, ante esa cambio, en vez de seguir, dan la vuelta.

¿Qué os parece?

Seguiré explicando alguna cosa más sobre esta residencia en otro momento.

Os dejo algunas fotografías y un vídeo

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