martes, 2 de enero de 2018

VOLVIENDO DE DINAMARCA VISITO UNA RESIDENCIA NUEVA EN CORNELLÁ (BARCELONA)




 Llevo unos cuantos años organizando “viajes geroasistenciales” al extranjero en los que un grupo de profesionales de residencias españolas conocen cómo funcionan las residencias en otros países europeos.

Al principio, eran muchísimas las cosas que nos sorprendían, tanto en la distribución de espacios como en la organización del trabajo y en la atención a mayores.  Ahora, tras haber vuelto recientemente de un viaje a Dinamarca he tenido la ocasión de conocer la última residencia que se ha abierto en la zona de Barcelona, Sanitas Mayores en Cornellá.  La verdad es que resulta reconfortante saber que en la actualidad empieza a haber más cosas que nos unen con países nórdicos que las que nos separan.
Una de las dos terrazas ajardinadas

Desde el principio en los viajes vimos residencias en las que no se usaban contenciones, la tendencia a reducir su uso también llegó a España.  Ahora me ha parecido muy interesante ver que la nueva residencia de Sanitas en Cornellá nace con la idea de no usarlas nunca.

Un puf sustituye a ratos al sillón en una residencia sin contenciones
Camas bajas que permiten no utilizar barandillas

Visito una residencia con una distribución arquitectónica más parecida a las escandinavas que al modelo tradicional.  Eso quiere decir que notas un esfuerzo para que todo parezca más “una casa” que “una residencia”; con unidades para hacer vida en grupos reducidos con otras personas que tenga un parecido nivel de dependencia y manteniendo relación con los mismos cuidadores y profesionales.

Hace poco, participé en unas Jornadas sobre arquitectura yAlzheimer en las que Graham Stokes, director general de cuidados de la demencia en Bupa, matriz de Sanitas en Reino Unido, y uno de los mayores expertos en demencia de la actualidad, explicó cómo, por desgracia la cura de la enfermedad de Alzheimer está todavía lejana por lo que vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en una sociedad en la que millones de personas necesitarán de cuidados y apoyo.

Me parece ver una plasmación de sus palabras en esta residencia que parece concebida desde su principio para atender a personas con deterioro cognitivo:  la gran proporción de habitaciones individuales, la señalización interna, el uso de la luz y de los colores o la sala de estimulación cognitiva Snoezelen, me recuerdan a residencias que he visitado en Estocolmo, Copenhague y Escocia.

Y algo que por nuestras latitudes solemos dejar desatendido como es el exterior, en esta residencia se ha afrontado mediante el uso de unas grandes terrazas que se abren como extensiones de los espacios interiores.

Llevo más de veinticinco años visitando residencias, antes como inspector y ahora como observador curioso y me gusta ver que el concepto de residencia avanza y se adapta a la realidad cambiante de una sociedad que envejece rápidamente.

Tal como va ese proceso de envejecimiento, si queremos mantener 4,5 plazas de residencias de mayores por cada 100 personas de más de 65 años, la inauguración de una nueva residencia no debiera ser algo que llame la atención.  Para mí esta residencia sí me ha parecido interesante y llamativa.

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